Juan Pablo Olivares
Víctor Fernández (73), desde hace más de 30 años, es el responsable del subprograma de Olimpiadas Especiales en Arequipa. Un programa que brinda a personas con discapacidad intelectual (DI) la oportunidad de practicar y competir en diferentes deportes adaptados.
Fernández, es profesor de educación especial desde 1980 y estuvo siempre ligado al deporte. Fue el primer campeón máster de atletismo de Arequipa y fue preparador físico del Sportivo Huracán y FBC Melgar.
Gracias a su larga trayectoria, se encarga de buscar y convertir a niños, jóvenes y adultos en grandes atletas y darles también, una vida llena de alegrías, oportunidades, nuevas experiencias y una mejor calidad de vida a través del deporte.
Nueva aventura
El programa deportivo de este año se inició con las Vacaciones Útiles 2023, que organiza la Municipalidad Provincial de Arequipa y que va hasta el 17 de febrero. En esta oportunidad, participan más de 60 deportistas en las disciplinas de atletismo, fútbol, y bochas, teniendo como escenario el estadio Melgar.
Sin embargo, desarrollar este programa se torna —casi siempre— complicado. El especialista, sostiene que no cuentan con la cantidad necesaria de entrenadores para las diferentes disciplinas deportivas y la falta de apoyo de las empresas privadas e instituciones públicas es una constante.
“Este año realicé una convocatoria para preparar a nuevos entrenadores, pero no aceptaron porque este trabajo no es remunerativo, se trabaja ad honoren”, sostiene.
Además, Fernández indicó que, a pesar de que todas las municipalidades distritales cuentan con un presupuesto para la realización de programas y vacaciones útiles para personas con habilidades diferentes, solo se ejecutan para personas regulares.
“No lo hacen porque no les interesa y todos tienen un presupuesto especial. Solo el 16 de octubre, día de la persona con discapacidad, los llaman y les ofrecen una actuación, les dan algunos regalos y nada más”, lamentó.
A pesar de los problemas, el trabajo de Víctor Fernández, tiene mucho mérito, ya que no solo forja atletas competitivos, sino que les ayuda a desarrollar y fortalecer sus talentos y habilidades. A tener mayor autoestima y confianza.
Beneficios psicológicos
Para Lucía Peraltilla, psicóloga y docente de la Universidad Católica San Pablo, los beneficios de la práctica deportiva en las personas con discapacidad intelectual, a nivel físico, psicológico y social son integrales para todos, en todas las dimensiones, pero se ajustan a la edad de cada persona.
Por ejemplo, para los de menor edad, Peraltilla sostiene que les ayuda a mejorar su tonicidad muscular. Mientras que, para los que tienen 30 años a más, les permite prevenir los problemas cardiovasculares.
“En lo físico, les ayudará a mejorar su resistencia, optimizar su capacidad respiratoria y su velocidad. Esas buenas condiciones físicas luego se van a convertir en protectores de posibles enfermedades como: sobrepeso, diabetes, problemas cardiovasculares, entre otros”, sostuvo.
En la parte psicológica, les ayuda a sentirse capaces y darse cuenta de que tienen la oportunidad de hacer cosas buenas y nuevas; de participar en campeonatos y obtener logros.
Además, les permite reforzar la satisfacción por el logro, mejorar su autoestima y aprenden a superar dificultades y fortalecer su personalidad. “En lo social, les ayuda a interactuar entre ellos y a insertarse con más facilidad en la sociedad”, concluyó.
Factores en contra
Uno de los grandes limitantes para el mejor desarrollo de las personas con discapacidad intelectual, son los estigmas y prejuicios de la gente. De verlos como “raros” y con la idea de que no pueden tener las mismas oportunidades que los demás. Al respecto, Peraltilla sostuvo que, si bien la enseñanza y aprendizaje es diferente, solo es cuestión de ajustarse al ritmo de ellos.
Además, la especialista sostuvo que, es importante que las familias que tienen a una persona con discapacidad intelectual, sepan reconocer las verdaderas necesidades de la persona, saber cuáles son sus capacidades, de esa manera, el estilo de crianza debe obedecer a ello.
En ese sentido, recomendó que las familias busquen redes de apoyo, es decir, que puedan conocer especialistas con quienes trabajar, como médicos, psicólogos o fisioterapeutas. “Esto dependerá de lo que el joven necesite. Lo importante es que estén abiertos a recibir apoyo especializado”, dijo.