‘Sarita’, el futbolista y fumador empedernido

Tal vez sea el personaje más recordado del tradicional campeonato de fulbito de 15 de enero

Juan Pablo Olivares

Sentado en unas de las mesas de su snack Jeyro, en el distrito de Yanahuara, encontramos al exfutbolista Jesús Valdivia Yañez. Jesús tiene 59 años y es más conocido como ‘Sarita’, y es quizás el pelotero más reconocido y recordado del tradicional campeonato de fulbito de 15 de enero.

Sarita jugaba por el tradicional equipo del Focker F-27, fue delantero y su estilo de juego era pícaro, provocador hasta cierto punto, tenía algo de altanería y siempre buscaba la confrontación. Su apelativo se lo ganó por su parecido físico a otro personaje que así llamaban en su barrio José Carlos Mariátegui en Paucarpata.

Su paso por el fútbol y el fulbito fue beneficioso, sin embargo, lo conseguido en el deporte rey pudo ser mayor si no fuese por su adicción al cigarrillo.

Antídoto y veneno

Sarita fumaba una cajetilla de cigarros por día. Cuando le tocaba jugar un partido, fumaba seis cigarrillos antes del encuentro, uno en el entretiempo y culminado el juego, innumerables cigarrillos más.

Jesús no pudo ocultar su vicio por el tabaco, reconoce que era un mal ejemplo para los demás deportistas, pero en su defensa, dice que el cigarrillo le daba —y le da— más fuerza y físico. “Creo que es un tema mental. Me calmaba los nervios y entraba tranquilo y relajado en el campo. Era algo normal fumar”, reconoce algo avergonzado.

Pero si para Sarita, fumar un cigarrillo antes de un partido de fulbito era el antídoto perfecto (según él) para calmar su ansiedad, estrés y nervios producidos antes del juego, su adicción le empezó a limitar su futuro en el fútbol.

Si bien en algunos equipos y ligas distritales en las que jugó le permitían fumar (con la condición de que en el campo de juego rinda lo esperado por sus entrenadores), fue en el FBC Piérola y Sportivo Huracán donde su adicción al tabaco, le truncó la posibilidad de llegar más lejos en el deporte rey.

“Tuve muchos problemas con los entrenadores, sobre todo con el profesor Roberto Ponciano López. Recuerdo que, en una pretemporada, me dijo que si quería fumar me retire del campo y del equipo, y no tuve otra opción que dejar la pretemporada y no pude firmar por el Piérola. Solo duré dos días en el equipo”, recuerda.

Cuestión de dinero

Pero Sarita no solo le echa la culpa al cigarrillo por no trascender en el fútbol, el exfutbolista confiesa que la necesidad económica fue determinante para dejar su sueño de ser futbolista profesional. Tener una familia a temprana a edad (21 años), lo obligó a priorizar lo económico, es por eso que además de ‘darle’ a la pelota, Jesús trabajó en diferentes empresas y oficios.

“Me casé muy joven y tuve dos hijas, desde entonces mi prioridad era sacar adelante a mi familia. Además, en ese entonces, el Piérola o Huracán que peleaban por llegar al fútbol profesional, me ofrecían tres mil soles por jugar toda la temporada, en cambio en el equipo de Estudiantes de la Liga de Tiabaya, donde fui goleador, me daban 12 mil soles”, asegura.

Atrás quedaron aquellos años en el que disfrutó jugar al fútbol y fulbito. Hasta antes de la pandemia por el COVID-19, jugaba campeonatos recreativos de fulbito en la categoría sénior, pero el virus obligó a Sarita a dejar de hacer lo que más le gusta.

Hoy en la tranquilidad de su casa y dedicado a la atención y administración de su snack, dice estar feliz y tranquilo por lo hecho en el deporte rey, sobre todo por la gran cantidad de amigos que hizo en el fútbol y el cariño de la gente. Pero aún tiene la adicción al cigarrillo.

“La verdad que no he hecho el intento de dejar el vicio, a mis amigos les gusta mi manera de ser. Me fumaba una cajetilla diaria, ahora fumo la mitad. La ansiedad, el estrés del trabajo y el cansancio se me quita con un cigarrillo”, insiste.

¿Dejar de fumar?, aún no

Sarita no puede y no quiere dejar su adicción al tabaco. Dice que no ha encontrado el motivo suficiente para dejar de fumar. Asegura que el cigarrillo no afecta su salud y que sus pulmones están en buenas condiciones, pero sabemos que tarde o temprano se sentirán los efectos de esa declarada enfermedad.

Por ahora y debido a la pandemia, el negocio y su pareja, fuma solo media cajetilla al día. “Para mí, fumar es como tomar una pastilla para el dolor. Es para estar en paz”, sentencia el exfutbolista.

Jesús Valdivia reflexiona y se pregunta el porqué de su adicción, y se responde así mismo que fue por necesidad, para estar o sentirse tranquilo, feliz a su modo, y parece que lo consiguió. “Pasados los años, las cosas gradualmente empezaron a cambiar en mi vida y he madurado mucho más” dice, mientras degustamos de una deliciosa salteña y él atiende amablemente a uno y otro cliente que llega a su snack.

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