Néstor Mordini, el goleador de Melgar de la década del 90

Desde su llegada al equipo rojinegro, el argentino se hizo de un nombre a punta de goles. Estudió para ser entrenador y sueña volver como director técnico.

Néstor Mordini, (el tercero de los parados), llegó al FBC Melgar en 1990 junto a sus paisanos Gustavo Olmos y Edgardo Parmigiani.

Juan Pablo Olivares

Néstor Mordini (55), vive en Salsacate, un pueblo ubicado a dos horas y media de la ciudad de Córdoba (Argentina), rodeador de paisajes naturales, vegetación y ríos, donde habitan cerca de 4000 mil personas.

Retirado del fútbol profesional desde el año 2000, Mordini goza de una vida alejada del ruido, dedicado al campo y con la paz que inspira el cacareo de las gallinas y los mugidos de las vacas. El exdelantero del FBC Melgar dialogó con Encuentro y recordó su paso por el equipo rojinegro.

Su primera vez

El cordobés llegó al FBC Melgar en 1990. En una década que se caracterizó por la presencia de jugadores extranjeros, muchos con un nivel discreto. Sin embargo, el argentino, con su 1.87 m de altura y 83 kilos de peso, fue uno de los delanteros que dejó huella: anotó más de 40 goles con el equipo ‘Dominó’.

En su carrera como profesional jugó en más de 10 equipos. Se inició en el General Junior, club de la segunda división de su natal Córdoba y a pesar de que llegó a ascender a la primera división de su país, no dudó en aceptar la propuesta de Melgar.

Llegó junto a sus coterráneos Gustavo Olmos (volante) y Edgardo Parmigiani (delantero) y fue su primera experiencia fuera de Argentina. “El hecho de convertirme en un jugador internacional y ser más valorado hizo que tome ese desafío y lo cumplí”, cuenta.

A punta de goles, el argentino siguió su rumbo en otros equipos del fútbol peruano como Sport Boys del Callao, Alianza Atlético de Sullana, La Loretana, entre otros. Y en sus últimos años como profesional, jugó en China, donde defendió las camisetas de Kunming Club y el Shenyang Salions.

Retirado del fútbol profesional, Mordini disfruta de su casa de campo junto a su familia.

Agradecido con el ‘Dominó’

El exdelantero, vive agradecido con la oportunidad que le dio el FBC Melgar, y el fútbol peruano. Porque antes de llegar a Arequipa, era un completo desconocido; no obstante, su potencia, velocidad, definición y su corpulenta silueta se convirtieron en sus armas letales, para empezar a despertar la expectativa del hincha rojinegro.

“En Arequipa, la gente me recibió bien. Al inicio no hacía goles, pero luego se me abrió el arco y el hincha me empezó a tomar cariño. Además, entrenar y jugar al pie del majestuoso Misti, era todo un lujo”, recuerda.

Naturaleza y fútbol

Con lo que ganó en el fútbol se compró una casa de campo en la que vive con su esposa. Por las mañanas, se dedica al cuidado de sus animales y por las tardes a su escuela de fútbol. También dirige un equipo de fútbol femenino, el Alianza Salsacate, que consiguió su tercer título, en solo cuatro torneos disputados.

Aunque lleva una vida mucho más tranquila y relajada, completamente diferente a la que estaba acostumbrado cuando era futbolista profesional, el argentino aclara que sigue ligado al fútbol. Mordini, todavía se siente un jugador de fútbol y cada entrenamiento que realiza lo hace como un futbolista profesional.

“Me gusta mucho el campo, pero sin fútbol me muero. Mientras pueda patear una pelota, lo seguiré haciendo”, asegura.

El exdelantero rojinegro, se dedica a la formación de nuevos valores y dirige al Alianza Salsacate, equipo femenino de su localidad.

Sueño rojinegro

Estudió para ser técnico, y busca abrirse camino en esta nueva etapa. Tiene la ilusión de dirigir en el fútbol peruano y claro, ser parte del FBC Melgar, ya sea de las divisiones menores, del equipo femenino y por qué no del equipo principal. El exgoleador, asegura estar preparado y contar con un staff de profesionales capacitados para cualquier reto.

“Siempre sigo el fútbol peruano y al Melgar. Mi intención es llevar jóvenes futbolistas al equipo. Si me dicen que quieren un jugador yo se lo doy y si no lo tengo, lo busco. Esa es la idea”, dice.

Recordar su época como futbolista profesional, le genera nostalgia. Recuerda cada momento y no reniega de su pasado. Cuando se le nombra a Perú, su registro de voz cambia y dice que el Perú es su segunda casa, a la que piensa regresar con su familia porque lo que vivió aquí fue inolvidable y quedó grabado en su memoria y corazón.

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