Los Requena Cisneros, una familia deportista

Juan Pablo Olivares

Algo ajetreados pero con una gran sonrisa y amabilidad, la familia Requena Cisneros, nos recibe en su cómoda y cálida vivienda ubicada en Asovich, en el lejano pero acogedor distrito de Characato. Es la primera vez que los visitamos, pero ellos no tratan como si hubiéramos regresado a casa.

Probablemente el más conocido y recordado es el papá, Pedro Requena Secada (61). ‘Perico’, como es conocido popularmente, fue futbolista profesional. Jugó en el Sport Boys del Callao, Universitario de Deportes y FBC Melgar; fue campeón nacional con estos dos últimos equipos. También, fue parte de la selección peruana en la Copa América de 1983, 1987 y 1989 y las eliminatorias mundialistas de 1985.

Además, como entrenador dirigió en la Copa Perú, al IDUNSA, FBC Aurora, Independencia, FBC Piérola, Atlético Universidad, Sportivo Huracán, entre otros.

En 1983 conoció a Pilar Cisneros, su esposa. Ella, fue basquetbolista amateur. Dice que hasta que conoció a Pedro, no sabía nada sobre el fútbol, tanto así que ignoraba que su esposo era ya un reconocido futbolista.

Es más, cuenta que recién en su última etapa como futbolista, cuando jugaba en el FBC Melgar, fue a verlo jugar algunas veces junto a sus hijos. “A Pedro le hubiera gustado que vayamos más seguido a verlo jugar, pero la violencia de las barras en esos años era muy peligrosa. Aquí en Arequipa, era más tranquilo y no había la violencia que existía en Lima. Nunca me gustó ir a los estadios. Era mi manera de proteger a mis hijos”, señala.

Nadia, es la hija mayor. Ella fue voleibolista, pero brilló en el atletismo, específicamente en el lanzamiento de jabalina. La deportista fue campeona nacional y destacó en Sudamericanos y Bolivarianos. Por su parte Pedro Paulo, el menor de los hijos, es también futbolista profesional. Vistió las camisetas del Total Chalaco, FBC Melgar y la Universidad César Vallejo. Actualmente defiende los colores del recién ascendido Carlos Stein y formó parte de la selección nacional.

Una vida nada fácil

Pero la vida de los Requena Cisneros, no fue nada fácil. Pilar sostiene que sacar adelante a sus hijos fue una tarea bastante sacrificada. Más aún cuando Pedro se “jubiló” del fútbol en 1997, a los 37 años de edad.

“Nuestra vida no fue fácil. Desde que Pedro se retiró (del fútbol) fue como volver a empezar. Nosotros como padres sufrimos mucho con los comentarios y críticas de la gente hacia nuestros hijos. Sufrimos en silencio. Siempre tratamos de mantener un perfil bajo”, asegura.

Por su parte, Nadia, sostiene que ser parte de una familia de deportistas, es algo especial y bonito. Por ahora, la hija mayor, se dedica a su profesión. Ella es economista. Dice que por  haberse dedicado 100% al deporte, no pudo dedicarle tiempo a su carrera profesional y por ahora no tiene un trabajo estable.

Pero eso sí, se siente satisfecha por todo lo vivido y conseguido en el deporte y asegura que todo los sacrificios realizados, valieron la pena.

“Quiero tener una estabilidad profesional y así volver al deporte. Tengo 34 años, me siento más madura. No pienso mucho en el futuro. Lo que busco es volver al deporte, afirma.

La deportista, confiesa que su mamá es el bastión fundamental para el éxito y unión de la familia. Fue ella quien dio inicio al proyecto de la escuela de fútbol. “Mi hermano y yo pudimos estudiar gracias al deporte. Luego, la escuela de fútbol nos dio casi todo lo que tenemos hasta ahora”, dice orgullosa.

Escuela de fútbol

Pilar junto a Pedro, crearon la escuela de fútbol Pedro Requena, posteriormente fundaron la escuela Depor Center, donde actualmente Pilar es la gerente. Ella, asegura que si no se hubiera dedicado al deporte, habría tenido una peluquería y Pedro sería contador. Pero el deporte era su destino.

Por la escuela han pasado miles de chicos. En ciclos de verano llegaron a tener a más de 700 deportistas. “Tuvimos chicos que hoy destacan en el fútbol profesional como: Joel Sánchez, Paolo Fuentes, Jhonatan Medina, Víctor Balta, entre otros”, dice el exfutbolista.

Pedro, se siente orgulloso de la familia que tiene, reconoce el trabajo y voluntad de su esposa en acompañar y apoyar a sus hijos en las decisiones que tomaron. “Gracias a Dios somos una familia que gusta del deporte y los resultados han sido muy favorables. El hecho de que tenga a mis hijos unidos y que hayan vestido la camiseta de la selección de tu país, nos llena de orgullo”, asegura.

EL DATO

El sueño de la familia Requena Cisneros, es llegar al fútbol profesional con la escuela Depor Center y con jugadores de la región.

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