Juan Pablo Olivares
Lorena Cuela Morocco era voleibolista y jugaba de delantera izquierda. Era una de las mejores y la capitana de su equipo el Porvenir Boys. Recuerda que tenía 14 años y que iba a jugar una final, su primera final.
La emoción la embargaba, hasta que su mamá Patricia le dijo que no jugaría aquel partido ni continuaría en ese deporte porque no conseguiría nada. Sin opción a reclamo, Lorena dejó el vóley, pero incursionó en el kungfú.
Estilo de vida
En esa transición encontró el desafío de convertirse en una gran deportista y mejor persona. No imaginó que este arte marcial le ayudaría a ver el mundo de forma diferente y conocerse a sí misma.
Aprendió a hacer sólo lo correcto y descubrió el placer de aprender y competir cada día más. Incluso, le ayudó a elegir la carrera profesional a estudiar.
Optó por estudiar Administración de Empresas en la Universidad Católica San Pablo y aspira a tener su propia escuela de kungfú.
“El kungfú es un estilo de vida, tengo una mejor vida porque soy independiente. Este arte marcial me ha ayudado a superarme”, dice con orgullo.
Practica este deporte con tanta pasión, que tiene jornadas en que se pasa el día entero entrenando, lo hace en la escuela de Artes Marciales Chinas Hei Long Dragón Negro, bajo las órdenes del entrenador Derly Gonzáles.
Mundialista y medallista
Lorena posee el cinturón azul y el tercer grado de Shaolin Gongfu. La primera vez que obtuvo un triunfo internacional fue en 2022, en Bolivia. Ganó cinco medallas de oro y una de plata. Luego, participó en el sudamericano de Argentina en cinco modalidades individuales y una grupal, obteniendo también varias medallas.
La excelente participación en tierras argentinas le valió para estar en el mundial de China, realizado en julio de este año, exactamente en la ciudad de Zhengzhou, un lugar con historia y tradición en el que participaron deportistas de todos los continentes.
La competencia fue de máximo nivel y Lorena fue la única competidora que presentó el látigo doble o jiu jie bian doble (tipo de arma flexible poco conocida) y dejó en alto el nombre del Perú. Además, obtuvo el reconocimiento The Best Kung Fu Show Award.
“En el mundial no sólo mejoré mis habilidades y técnica, también profundicé mi comprensión del kungfú como un camino de vida”, asegura.
Explosivo y rápido
El kungfú se divide en dos estilos: el interno y el externo. Lorena practica el externo, porque posee movimientos más explosivos y rápidos que están enfocados en la fuerza física y la agilidad.
Asimismo, el kungfú externo se divide en norte y sur. La arequipeña eligió el norte, porque sostiene que las guardias y formas son más bajas y con más fuerza, pero menos estéticas.
Este arte marcial no sólo es un deporte de movimientos físicos, a Lorena le ha dado mucha fuerza espiritual y mental, además de una formación en valores.
Con esa combinación, aprendió a ser una de las mejores en esta disciplina. Desde que empezó a participar en campeonatos nacionales e internacionales, siempre consiguió medallas.
Heredera de una tradición
Lorena Cuela viene de una familia con historia en el arte marcial. Su papá, Carlos Cuela Ramírez, practicó el kungfú toda su vida. Fue campeón sudamericano en la modalidad de Sanda.
La penúltima de cinco hermanos recuerda que su papá pudo llegar mucho más lejos, pero por falta de dinero y apoyo no lo logró. Es por ello que Lorena quiere conseguir todo lo que su padre no pudo y ser el orgullo de la familia.
La carrera deportiva de Lorena va en ascenso. Ahora, se prepara para el próximo campeonato sudamericano, que se llevará a cabo en Chile y para participar –por primera vez– en los Juegos Nacionales Universitarios. Integra la selección de wushu de la Universidad Católica San Pablo y quiere llegar a lo más alto.