Karate, el arte marcial que ayuda a poner equilibrio en la vida

Este deporte no solo desarrolla habilidades físicas y mentales, así como valores éticos; sino que te permite afrontar cualquier desafío, incluso en el ámbito educativo y profesional.

Desde hace un año, Michael Ramírez Calderón, es el profesor del taller de karate de la Universidad Católica San Pablo.

Juan Pablo Olivares

Para Michael Ramírez Calderón (33), sensei (maestro) y quinto dan en karate, el objetivo de este arte marcial no reside en la victoria o en la derrota, sino en  perfeccionar el carácter y la personalidad, y a la vez, se convierte en una herramienta para afrontar la vida. “Ser karateka, es ser una persona correcta”, afirma.

Equilibrio mental y emocional

A diferencia del karate de antes, que se practicaba como un medio de defensa (pelea) y de lo que se ve en las películas o series (ficción), según Ramírez, ahora la práctica de este deporte se da por dos razones principales: tener un mejor equilibrio mental y emocional, y formarse para la competencia deportiva de alto nivel.

Con más de 30 años de experiencia, el sensei Ramírez enseña el arte marcial a niños, jóvenes y adultos.

De los valores que predominan desde los inicios del karate hasta la actualidad, sobresalen la disciplina, respeto, esfuerzo y control de uno mismo. El sensei Ramírez detalla que, cuando un karateka pule su carácter, también consigue un mejor control de sus emociones.

“La práctica del karate con los años, te vuelve sabio. La perfección en el karate es un objetivo. Es un camino para llegar al autocontrol”, sostiene.

Sin embargo, para llegar a ese nivel, se necesita muchos años de práctica, donde el deportista transcurre por varias etapas y colores de cinturones: blanco, amarillo, naranja, azul, verde, marrón, hasta llegar al negro. A partir de ahí se da paso al karate en sí. Este proceso es el cimiento para pasar a una formación deportiva de alto nivel, organizativa o arbitral; son varias las posibilidades.

Otra de las etapas es la llamada formativa inversa, que consiste en estar capacitado para enseñar y formar deportistas. Para ello, la persona debe tener 25 años de edad como mínimo y ser tercer dan.

EL DATO

Michael Ramírez junto a su padre, el también sensei Mario Ramírez, fundaron la ONG Chikare Waynachu (fortaleza y juventud) que busca captar jóvenes talentos de bajos recursos económicos para que el karate les ayude a salir adelante.

Para Ramírez, ser disciplinado, saber manejar las emociones y ser buenas personas, es el objetivo del karate.

Complemento académico

El karate, no solo desarrolla facultades físicas y mentales, así como valores éticos, también te permite afrontar cualquier desafío, incluso en el ámbito educativo y profesional.

Para ello, Ramírez, quien también es docente del taller de karate en la Universidad Católica San Pablo (UCSP), sostiene que, en los colegios y universidades, la práctica de esta disciplina debe complementar la formación académica que reciben.

En ese sentido, resaltó la iniciativa de la San Pablo que busca que los alumnos y futuros profesionales, tengan una formación sólida e integral. “La práctica del karate o cualquier otro arte marcial debe ser igual de importante que la educación brindada, porque así como uno se nutre de conocimientos, también se debe llenar de disciplina y otros valores que el karate aporta en su práctica”, sostuvo.

Saber manejar las emociones, es para Ramírez uno de los principales objetivos del karate y la etapa formativa fundamental. Es ahí, donde se crea la base ética y técnica. Para ello, el sensei asegura que la edad no es un impedimento. Solo depende de la decisión y ganas que se ponga en su práctica.

“La edad promedio de las personas que se inician en el karate, es entre los 5 y 15 años; sin embargo, la etapa de deserción se da en la vida universitaria, porque se les dificulta mucho hacer las dos cosas a la vez”.

Michael Ramírez, sensei y quinto dan en karate.

Salir de la versión móvil