Jenny Vargas: venció el dolor y el maltrato, y ahora busca clasificar a Tokio 2020

La historia de una joven paratleta de Apurímac que aspira a participar en los próximos juegos paralímpicos

Juan Pablo Olivares

A Jenny Vargas la contactamos a través de una videollamada. Se veía contenta, emocionada y sonriente, parecía que la vida la trataba bien. Pero Jenny pudo haber contado otra historia, una de dolor y maltrato, sin embargo nos enseña que la vida es como uno quiera verla. 

A lo largo de sus 23 años de edad, su vida tuvo grandes y difíciles pruebas. Con solo 5 años, una descarga eléctrica en su brazo izquierdo le cambió la vida. Tuvieron que amputarle el mismo hasta la altura del codo, pero ella no se amilanó. 

Jenny dice que gracias a Dios tuvo el apoyo de su familia y amigos para salir adelante.

Pero fue en el colegio que se dio cuenta que su historia empezaba a ser diferente. Recibía cierto rechazo y maltrato por parte de sus compañeros. “Al principio algunos niños me molestaban porque llevaba una prótesis y me decían mano de hierro. Usaba ropa grande para poder cubrir mi brazo, la gente hablaba o se sorprendía por mi condición”, recuerda.

Lejos de sentirse mal y deprimirse, Jenny encontró en el atletismo, la mejor manera de salir adelante. Cuenta que con el deporte base, empezó a vencer sus miedos e inseguridades, sin importar su condición. Su gran capacidad la ayudó a convertirse en una gran deportista.

“En el colegio realizaban olimpiadas, allí empecé a interesarme en el atletismo y fue mi primer entrenador, Fredy Medina, con quien empecé a practicar y a competir en la categoría juvenil, en distancias largas de 5 o 10 kilómetros”, narra.

Desde entonces, Jenny corre por alcanzar sus sueños y aunque el camino se torna largo y difícil, siente que el atletismo le cambió radicalmente la vida. 

De Apurímac para el mundo

Jenny nació en Apurímac, pero vive en Arequipa desde los 3 meses de edad y desde que conoció el deporte paralímpico, se trazó el objetivo de ser una de las mejores.

Ella compite oficialmente desde 2015, bajo la supervisión de la Asociación Nacional Paralímpica del Perú. El año 2016, fue un que nunca olvidará, asistió a sus primeros juegos paralímpicos en Rio Janeiro. En 2019 fue parte del equipo peruano de los Juegos Parapanamericanos y consiguió el octavo lugar en la prueba de los 400 metros planos.

Ahora, su nuevo objetivo son los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, para ello, Jenny integra el programa Vamos con Tokio y se prepara en la ciudad de Huancayo. Luego viajará a México para continuar con su preparación y finalmente, buscará su clasificación en Brasil, en el Gran Prix de Sao Paulo, en la prueba de los 400 metros planos. La marca a conseguir es de 1 min 19s 9c.

“Por ahora estoy alejada de mi familia, no podré pasar la Navidad con mis padres. Ellos me apoyan en todo y me dan aliento, espero darles una alegría clasificando a los juegos”, dice Jenny.

Futura administradora

Pero la atleta no solo quiere ser una gran deportista, sino también una gran profesional y mejor persona. Jenny estudia la carrera de Administración y Negocios Internacionales, pues quiere retribuirles a sus padres todo lo que hicieron por ella. También, junto a un grupo de amigas, buscará crear una asociación sin fines de lucro que ayude a las personas discapacitadas y ancianos abandonados.

“Hay que ver la vida desde el mejor ángulo, ver la manera de superarse. Me molesta cuando la gente se limita, se minimiza. Por eso buscaré ayudar a los demás. Siempre me gustó hacer labor social, soy muy sensible en ese aspecto”, confiesa.

Jenny se adaptó a la vida que le tocó y siempre buscó una salida a sus problemas. Ella aún recuerda, con algo de orgullo, que aprendió a atarse las agujetas de las zapatillas desde pequeña y aunque aún no logra amarrarse el cabello sola; confía en seguir superando los retos que le pone la vida, después de todo, esa misma le enseñó que los límites no existen y que solo es cuestión de persistencia y sobre todo amor propio, para conseguir sus objetivos.

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