‘Garrincha’ Roldán, “me pidieron 2 000 dólares para jugar en el fútbol profesional”

El exfutbolista pudo llegar lejos y brillar como una ‘estrella’, pero su vida nocturna le pasó factura

Juan Pablo Olivares

La vida futbolística de Marco ‘Garrincha’ Roldán, es todo un capítulo en la historia del fútbol macho de la Copa Perú. Fueron más de 15 años de actividad constante. No solo fue uno de los futbolistas más experimentados en este tradicional campeonato, también —casi siempre— se convirtió en el mejor jugador y goleador de los equipos en los que jugó y en uno de los mejores pagados.

Para hablar de Garrincha (apodo que heredó de su tío Percy, por el parecido físico al exfutbolista brasileño), conviene saber de quién se habla, con el fin de no incurrir en acelerados juicos y sentencias; dentro de la cancha era llamado el jugador diferente, el que con su talento, técnica y capacidad física ponía en riesgo a sus rivales.

Pero fuera de las canchas —en su vida personal— se ponía en riesgo a sí mismo. El futbolista con más talento y proyección del fútbol macho en los años 90 e inicios de 2000, y el chico de la gambeta que dribleaba a uno y otro oponente, necesitaba de las salidas nocturnas para descargar la tensión y ‘relajarse’.

“Reconozco que salía a las discotecas y jugaba campeonatos de fulbito, no era muy profesional y me resigné a jugar en la Copa Perú. Pude haber jugado tranquilamente en el fútbol profesional, pero mis malas decisiones e inmadurez, no me lo permitieron”, reconoce hoy.

Sus inicios

Marco Roldán nació el 5 de junio de 1975 en Trujillo. A los 3 años se mudó a Arequipa junto a su madre. Estudió en el colegio Claretiano y a los 17 años empezó a jugar en el Alianza San Isidro.

Luego fue obligado por su abuelo y vistió la camiseta del Unión Perú, que en ese entonces, era dirigido por Genaro Neyra. Marco recuerda que no era tomado en cuenta en el equipo, razón por la que decidió partir a Puno, donde realizó el servicio militar obligatorio.

De regreso a Arequipa (en 1995), Roldán empezó a escribir su historia en la Copa Perú. Jugó en el Alianza Mistiana; en 1996 en Vallecito y en 1997 en el Atlético Mariscal Castilla de Cerro Colorado.

En el año 1998 y 1999, defendió al Senati FC de la Liga de Sachaca. En el año 2000, jugó en el FBC Aurora (equipo del cual es hincha), para luego regresar al Senati, dirigido por Genaro Neyra. Con el equipo ‘azúl’, Roldán fue el goleador y se convirtió en uno de los jugadores emblemáticos del team.

Felicidad y decepción

La excelente temporada con Senati, le permitió llegar como refuerzo al Atlético Universidad en 2002. Aquel año, Garrincha logró ascender al fútbol profesional peruano con el equipo granate. El sueño de Marco se cumplía.

“El profesor Héctor Berrío, era el técnico de Atlético Universidad y me quería en el equipo, quedé en la lista de jugadores que serían inscritos para jugar la liga profesional. Era la gran oportunidad que busqué”, asegura.

Pero Marco, jamás imaginó lo que pasaría. A puertas de iniciar el campeonato fue a pedir su carta pase al Senati FC, sin embargo, la respuesta de los dirigentes y entrenador, decepcionaron al jugador.

“Entre Virgilio Torres, que fue director del Senati, Carlos Delgado, el delegado y Genero Neyra, el entrenador, no quisieron darme mi pase. Ellos me ‘peloteaban’. Además, nunca fui del agrado de Genaro Neyra. Decía que era el malogrado del grupo y que malograba a su gente”, recuerda.

Roldán está convencido que nunca fueron directos con él y ante tanta insistencia por reclamar su carta pase, le pusieron una condición. “Me dijeron que consiga 2 000 dólares. A mí el Senati no me pagó por jugar, yo trabajé en la institución y por mi trabajo me pagaban, pero por estar en el equipo no me dieron ni un sol”, confiesa.

Hoy, 19 años después, Garrincha dice haber entendido y aceptado la posición de los dirigentes y el entrenador. No les guarda rencor y por el contrario, está agradecido al Senati por haberle dado la oportunidad de estudiar.

“Me arrepiento de no jugar como profesional por mis malas decisiones, pero me queda la alegría de ser considerado por los amigos e hinchas”, dice algo resignado.

Nueva oportunidad

Luego de la mala experiencia, Roldán buscó otra oportunidad de llegar al fútbol rentado así y así fue. Salió campeón con el Total Clean en la segunda división y la posibilidad de jugar en la máxima categoría del fútbol peruano volvió, pero esta vez, la mala suerte y el tema económico le negaron la posibilidad.

“Creo que la mala suerte me seguía. Aquella vez, el Total Clean fue vendido y el equipo tenía que jugar en Lima, y me ofrecieron el sueldo de 3 000 soles mensuales para continuar y no acepté. Con esa cantidad, vivir en Lima era imposible,” asegura.

Lejos de amilanarse, continuó jugando, pero solo en el fútbol macho. Una vez más se truncó la posibilidad de llegar al fútbol rentado. Se retiró en el año 2008, en el equipo de sus amores: el FBC Aurora.

Recuerdos

Años después, le queda el recuerdo de ser uno de los mejores jugadores del fútbol arequipeño y uno de los que más dinero ganó en la Copa Perú. “Gané más de 4 mil soles mensuales. Fui uno de los jugadores top y mejor pagado. En el Aurora, mis compañeros pasaban por las oficinas a cobrar y yo lo hacía luego, para que no se enteren lo que ganaba”, dice sonriendo.

A sus 46 años, trabaja en una entidad bancaría y extraña jugar los campeonatos de fulbito. Dice que, gracias al fútbol, pudo conseguir muchas cosas y darles una mejor vida a sus hijos. Le gusta que en la calle lo saluden y lo reconozcan como un gran futbolista. Al final, sonríe y respira profundo, como añorando aquellos años.

 

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