“En el FBC Melgar, apuntamos a vender un jugador por año”

Marco Valencia, encargado de las divisiones menores, cree que el trabajo en esta etapa es clave para el futuro del balompié nacional

El entrenador con más de diez años de experiencia en el fútbol formativo, busca convertir al club rojinegro en un modelo institucional

Juan Pablo Olivares

Marco Antonio Valencia Pacheco, desde el año 2019, es el jefe de la Unidad Técnica de Menores del FBC Melgar. Su trabajo consiste en evaluar las condiciones y nivel futbolístico de decenas de jóvenes que sueñan —algún día— convertirse en futbolistas profesionales y jugar en el equipo rojinegro.

Para ello, Valencia no solo cuenta con un comando técnico especializado y el respaldo de la administración, sino también con un trabajo planificado, profesional e integral que se instaló desde 2014.

“Los chicos cuentan con utileros y kinesiólogos, además, el área médica y psicológica es primordial en nuestro trabajo. Nosotros seguimos una línea establecida para nuestro quehacer y apuntamos a vender un jugador por año”, puntualizó.

Los nuevos valores

Matías Lazo, Kenji Cabrera y Bruno Portugal, son algunos de los jóvenes futbolistas que, luego de varios años de trabajo y formación en las divisiones menores, dieron el salto al primer equipo y lograron debutar en el fútbol profesional. 

Proyecto integral

Otro de los objetivos de su trabajo, es que el FBC Melgar, se nutra de jugadores de sus divisiones menores, en especial de la región y cada vez, sea menor la necesidad de traer futbolistas de otras partes del país y del extranjero.

“Cuando llegué, la prioridad de la administración era salir campeones. Ahora el trabajo está enfocado en buscar y traer jóvenes valores que empiecen a buscar un espacio en el equipo principal. El 70% de jugadores de la reserva son arequipeños”, asegura.

Pero no solo las condiciones futbolísticas son lo más importante para el entrenador, también buscan el crecimiento y desarrollo integral del jugador, así como darles ciertas pautas no solo para el fútbol sino para la vida.

En ese sentido, el exfutbolista sostiene que, más allá del sacrificio deportivo del deportista, una de las barreras más difíciles de superar es el desarraigo que genera esta actividad.

Es por ello que, Valencia, destaca la importancia de contar en la actualidad con la casa hogar, un lugar que alberga a varios jugadores jóvenes que mayormente no sean de Arequipa o no tengan su familia cerca. Allí el club les brinda alimentación y la comodidad necesaria para un mejor rendimiento.

“Siempre buscamos darle lo mejor a los chicos y ser responsables en el trabajo. Los jóvenes son maduros y saben lo que queremos de ellos, y eso se ve reflejado en el día a día”, sostiene.

Sueños por cumplir

Jardel Rivera Montes, es un chico de 13 años que, desde inicios de año, pertenece a las divisiones menores del FBC Melgar. Jardel, entrena todos los días, lo hace en las tardes y en las mañanas acude al colegio.

Su madre, Rusmini Montes, dice que junto a su hijo llevan una intensa rutina de vida. El sacrificio que significa llevarlo todos los días al colegio y luego a los entrenamientos, es solo compensado con saber que llegará el día en que su hijo se convierta en un futbolista profesional y por qué no, emigrar al extranjero.

La formación de futbolistas en el Perú, es un tema muy discutido y un problema que no se soluciona desde hace años, además, la falta de competencias oficiales en las categorías menores a raíz de la pandemia por el COVID-19, hicieron que se afecte el presente y futuro de hasta tres generaciones.

Inversión en infraestructura

Buscar y formar nuevos talentos, no es una tarea fácil. El Perú es el noveno país en Sudamérica en exportar jugadores y para Marco Valencia, esta preocupante estadística se debe, entre otros factores, a la escasa inversión en infraestructura adecuada para el trabajo especializado con los menores.

En ese sentido, el entrenador rojinegro propuso a la administración del FBC Melgar — en un corto y mediano plazo— crear una escuela base, donde se pueda realizar un trabajo específico con los jóvenes talentos y así instruirlos en los fundamentos del fútbol, y facilitar el camino para que puedan ser jugadores profesionales.

“Tener un complejo deportivo es de suma importancia. Ojalá que esta administración pueda llegar a invertir en infraestructura, porque hay chicos que tienen condiciones y nosotros solo los guiamos y potenciamos”, explicó.

Por ahora, el equipo de la reserva se alista para participar en el Torneo de Promoción y Reserva, un torneo que arranca este fin de semana y que se vio paralizado debido a la pandemia por el COVID-19.

 

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