Juan Pablo Olivares
Matías Paredes del Castillo es un joven de 18 años que, en 2014, fue diagnosticado con autismo de nivel 1. Es un chico que no suele socializar con personas extrañas a su entorno, pero posee un alto nivel intelectual.
Es de estatura alta pero de contextura delgada, pesaba 52 kilos, cuando su peso promedio debía ser de 72 kilos. Además, su psicomotricidad no estaba bien desarrollada y sufría de estrés, ansiedad y depresión.
Su tiempo transcurría entre el colegio y las terapias, y los médicos le recomendaron que realice algún tipo de ejercicio o actividad física que le permita una mejor socialización, así como manejar su estrés y ansiedad.
Su madre, Maggi del Castillo ha tratado siempre que Matías lleve una vida normal, pero conseguir un lugar idóneo para que realice los ejercicios le fue difícil por su condición.
Ejercicios funcionales
Maggi y Matías, llegaron a Palestra, un gimnasio no convencional o mejor dicho, un centro de entrenamiento y salud en el que se realiza el entrenamiento híbrido, un método que consiste en el movimiento funcional y ejecución de varios ejercicios con sólo el peso libre (entrenamiento con libertad de movimiento).
Esto no se trata de un solo movimiento o ejercicio rígido, al contrario, se compromete la participación de varios grupos musculares.
Sergio Barreda, especialista en Sport und Fitness training y dueño del gimnasio, sostiene que este tipo de ejercicios permite una mejor coordinación del cuerpo y que sea más funcional. Todo eso se hace con pesos libres, que son sentadillas, planchas, abdominales, sin utilizar las máquinas.
Además, los ejercicios permiten aumentar el rendimiento deportivo. Y para las personas que sufren algún tipo de lesión, se busca generar mejores movimientos y estrategias para que el cuerpo se recupere.
“Todo eso es entrenamiento híbrido y se utiliza una misma línea de entrenamiento que es el peso libre, el cual regula articulaciones, se mejora la musculatura y se le da mayor movilidad y elasticidad a la persona”, explicó Barreda
Resultados positivos
En el caso de Matías Paredes, durante el tiempo que viene entrenando ha ganado masa muscular y subió 20 kilos. Mejoró su postura y es más sociable. “Estoy satisfecha con los resultados. Ahora, Matías desarrolla diversas actividades y estudia panadería y pastelería”, sostuvo su madre.
Camila Johnson Núñez, tiene veinte años de edad y sufre de hipotonía, una enfermedad que debilita los músculos y que le provocó retraso al caminar y hablar. Luego de cuatro meses de realizar el entrenamiento híbrido, pudo desarrollar y fortalecer sus músculos.
“Los cambios fueron bárbaros, en poco tiempo, mi hija tiene más fuerza. De pesar sólo 33 kilos, ahora está en 38 kilos. Tiene mayor seguridad y autoestima”, aseguró Katie, su madre.
Por su parte, Jimena Azálgara, lleva más de cinco años entrenando en Palestra, la asistenta de Medios Digitales de la Universidad Católica San Pablo, confiesa que, en un inicio, lo hizo por una mejor apariencia física, pero aprendió a ser más disciplinada, tener un mejor control y sobre todo, logró equilibrar su cuerpo y mente.
“Empecé con un objetivo estético y terminé entendiendo qué era realmente el deporte y sus beneficios. Además encontré una paz mental”, aseguró.