El retorno del marchista olímpico

La historia de Luis Campos Cruz, permite ver que la salud mental es tan transcendental como la destreza física y técnica

Luis Henry Campos, inició su preparación con el objetivo de clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Juan Pablo Olivares

Luis Henry Campos Cruz, camina de manera elegante y armoniosa. Ha mejorado el movimiento de sus hombros, una técnica que le ayuda a marchar más rápido en una prueba que exige mantener el contacto continuo con el suelo e ir a la mayor velocidad posible sin llegar a correr.

Cada vuelta y movimiento corporal que da en la pista atlética del estadio Melgar de Arequipa, parece ser más rápida y perfecta. El atleta afirma que la marcha atlética es la coordinación de todo el cuerpo. Desde la punta del pie hasta la cabeza.

“Ahora tengo mejor dominio de la técnica en marcha, pero es difícil llegar a la perfección, es casi imposible, siempre hay algo que corregir”, reconoce.

Campeón y récord nacional

El atleta se hizo viral en las redes sociales. Miles de personas hablaron del especialista en marcha y lo elogiaron por el récord nacional en la prueba de los 10 mil metros varones en el Campeonato Nacional de Atletismo Mayores, con una marca de 39:30.86.

Logro que se hace más meritorio y reconocido porque Luis Henry está aún en la etapa de entrenamiento precompetitivo, pero sabía que estaba en la capacidad de lograr una marca. Se sentía cómodo y los tiempos y ritmos eran los indicados para conseguir obtener la victoria o al menos, intentarlo.

Sin embargo, como todos los deportistas de alto rendimiento, el atleta ha enfrentado los problemas y dificultades de ser uno de los mejores en una disciplina deportiva (marcha atlética) en la que el Perú brilla con luz propia en los últimos tiempos.

Salud psicológica y mental

Aunque casi siempre se asocia el deporte a una buena salud física y mental, para los atletas de élite o de alto rendimiento, desarrollarse de manera profesional cuesta sacrificios, lesiones y en el caso de Campos Cruz, su estabilidad psicológica y emocional.

Cuando no conseguía los resultados esperados en las competencias oficiales e, incluso, en los entrenamientos, Luis Henry se frustraba. Al punto de sentir que entrenaba y competía por obligación y le afloraba el sentimiento de odio hacia el deporte que empezó a practicar a los 13 años de edad.

A pesar de ello, reconoce que reflexionaba y volvía a la pista porque le era imposible dejar, al menos de esa manera, el atletismo y los sueños de niño que deseaba alcanzar.

De esa lista de sueños y objetivos varios entraban y salían, pero uno se mantuvo en su cabeza siempre: convertirse en un atleta olímpico. Fue en 2016, que clasificó por primera vez a  los Juegos Olímpicos de Río.

Tenía 21 años y compitió en la prueba de los 50 kilómetros. Sin embargo, nueve años después, Luis Henry confiesa que llegó a su primera cita olímpica desgastado, estresado y ansioso. Estas reacciones le obligaron a abandonar la competencia en el kilómetro 22.

El sudamericano de Mar de Plata y la Copa Panamericana de marcha atlética, son las próximas competencias del atleta.

Depresión y ansiedad

Aquel abandono le generó una fuerte depresión al atleta. Recuerda que durante un año se encerró en su habitación y todas las noches despertaba con los sentimientos de tristeza, ira y frustración. Lo que se supone era un sueño cumplido, se convirtió en una pesadilla.

A Luis Henry le diagnosticaron estrés postraumático, un trastorno caracterizado por la imposibilidad de recuperarse después de experimentar o presenciar un evento atemorizante. “Esa sensación la arrastré por años, hasta los Juegos de Tokio 2020. A esa competencia llegué con miedo y nadie podía ayudarme. Me autocastigaba. Me juzgaba por mi rendimiento”, recordó.

Tras esa experiencia y luego de consagrarse como uno de los mejores marchistas del Perú con un meteórico currículum, nadie pudo ver o sospechar que desde aquellos juegos de Río, enfrentaba profundos episodios de depresión y ansiedad.

Aspecto psicológico y mental

En esa línea, la psicóloga deportiva y antigua alumna de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), Rafaela Pacheco, sostiene que es importante advertir que los deportistas (atletas), a pesar de tener una preparación física y mental, son seres humanos expuestos al estrés, ansiedad y depresión.

En ese sentido, recomienda que es necesario identificar las emociones para conseguir una óptima salud emocional y psicológica. Más aún, cuando los problemas de salud mental son percibidos como elementos ajenos al deportista.

Pacheco asegura que, así como el entrenador maneja las cargas físicas durante el entrenamiento, de igual manera se tiene que trabajar en el aspecto psicológico y mental.

Eso también dependerá de la situación y personalidad de cada deportista y de las herramientas y formación que pueda adoptar para su desenvolvimiento deportivo. “Si el deportista está estresado o ansioso por el rendimiento o resultado, es necesario descomprimir esa carga mediante un proceso y adquirir ayuda psicológica”, sostuvo.

Apoyo familiar

Hoy, todos voltean a verlo y reconocerlo como un destacado atleta, aunque Luis Henry dice que es, sobre todo, un atleta que ve desde otra perspectiva el deporte.

Es un atleta que por fin disfruta de los entrenamientos y de las competencias. Volvió a sentir la adrenalina y la motivación gracias al tratamiento psicológico que llevó pero, sobre todo, al apoyo de su familia. El respaldo de su esposa Mary Luz Andía (también atleta olímpica) y de su pequeña hija Emma Luciana de dos años de edad es fundamental.

“Con el apoyo de mi familia he terminado de conocerme a mí mismo, de saber quién soy. Ahora quiero ser siempre una mejor versión de mí mismo”, sostiene más confiado.

Desde hace varios años, el estadio Melgar es el centro de entrenamiento de Luis Henry Campos.

Equilibrio y actitud

Con los años, Luis Henry ha sabido mejorar y controlar la parte mental. Aunque es consciente de que como deportista no tiene el control de todo, aprendió a concentrarse en sí mismo y a tener una buena actitud.

Ahora, se define como una persona mucho más paciente y tolerante ante las dificultades. Ha recobrado las ganas de seguir adelante, ha vuelto a soñar y creer en grande. Luis Henry quiere estar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, en lo que sería su cuarta participación en este tipo de torneos. El marchista sueña con estar en el top cinco pero, sobre todo, promete que disfrutará del camino hacia Los Ángeles.

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