El hincha más fiel del FBC Aurora

Milko Chávez, lleva su pasión en la sangre. Respira y vive por el equipo atigrado, y su afecto va más allá del aliento

Milko Chávez, tiene el deseo de que el FBC Aurora vuelva al fútbol profesional.

Juan Pablo Olivares

El primer recuerdo futbolístico de Milko Chávez, es el partido que jugó el FBC Aurora, en su tierra natal de Cotahuasi (1987). Desde pequeño jugaba y acudía a los estadios con el sueño de ser futbolista, sus amigos le decían Sapito, porque nunca se cansaba de preguntar sobre fútbol. Era inquieto.

Milko tenía 5 años de edad cuando el FBC Aurora llegó a Cotahuasi y el equipo se alojó en la casa de un familiar, desde entonces, los colores amarillo y negro se volvieron sus favoritos. Poco o nada sabía ese niño cotahuasino, que se convertiría en el hincha más fiel del equipo arequipeño.

El inicio

Un año después, Milko y su familia se vieron obligados a mudarse a Arequipa, exactamente al tradicional barrio de Beaterio. En aquellos años, la violencia y atentados provocados por el terrorismo hizo imposible quedarse en Cotahuasi, sin embargo, esa decisión, sería el inicio de su idilio con el equipo atigrado.

“Desde que llegué de mi tierra me volví auroriano. Prácticamente todo el barrio era hincha del Aurora. Cuando fui pequeño, no me dejaban ir al estadio, pero mis primos me contaban que en ese tiempo, el equipo jugaba a estadio lleno”, recuerda con nostalgia.

Milko Chávez es el menor de seis hermanos. Con 9 años de edad, empezó a jugar en los campeonatos de menores y trabajaba como alcanzabolas en los partidos de la Liga del Cercado, pero cuando jugaba el Aurora, Milko se convertía en el amuleto y fiel seguidor del equipo. Jugadores como José Choy, Julio Begazo, José Luis Oviedo, entre otros, empezaron a ser sus ídolos.

El ‘Sapito’, acompañaba a todas partes al grupo, convirtiéndose en un personaje habitual en los entrenamientos y partidos del equipo atigrado, siempre apostado en la tribuna o en los camerinos, alentando a los jugadores en los momentos más felices y difíciles.

“Recuerdo los partidos de la finalísima de la Copa Perú, fueron los mejores años, pero luego el equipo ya no tenía el mismo apoyo, sin embargo, lo seguía a todas partes”, asegura. 

Entrega al máximo

En el fútbol, tenemos hinchas que no se pierden un partido de su equipo, también los que nunca faltan al estadio para alentar o los que siguen al equipo más allá de las fronteras. Después está Milko Chávez, el que no solo alentó al equipo desde niño, sino también jugó en el equipo, fue delegado, asistente técnico y por si fuera poco, se hizo socio del club.

Milko jugó en 2001 por el FBC Aurora, no recibía sueldo, pero si una propina que le permitió ayudar a su familia y estudiar la carrera de Educación Física; era consiente que jugar en el equipo de sus amores y ser hincha, no le alcanzaría para un mejor futuro.

“En el año 2001 logré jugar en el Aurora, eso me ayudó para estudiar mi carrera de docente. Estaba becado en el Instituto José Luis Bustamante y Rivero, el dueño del instituto, Alberto Rodríguez Jara, era también en ese entonces, el presidente del club”, dice.

Chávez terminó sus estudios y trabajó en diferentes colegios como profesor de Educación Física, pero el compromiso y responsabilidad en el trabajo, lo obligó a retirarse de fútbol, más no, de apoyar al equipo atigrado.

Proyecto en camino

Con la ayuda de unos amigos, decidió crear la Escuela de Fútbol de Menores del FBC Aurora. El objetivo de este proyecto fundado en 2014, es formar nuevas canteras para que el equipo atigrado, nuevamente sea protagonista del fútbol arequipeño.

“Quiero que Aurora tenga niños y jóvenes que se identifiquen con el equipo y conozcan la historia y tradición del club. Trabajo con la categoría sub 12 y sub 13. Después de mucho tiempo vemos los frutos y aportaremos jóvenes futbolistas para que el equipo renazca”, asegura.

Sin embargo, el proyecto quedó paralizado debido a la pandemia. Por si fuera poco, Chávez dejó también de dictar clases en los colegios; se quedó sin trabajo.

Fue entonces que Milko, a sus 39 años, emprendió un nuevo proyecto: la confección de camisetas y gorras del FBC Aurora personalizadas. Esto para subsistir económicamente y salir adelante. El emprendimiento  tuvo una buena aceptación en los hinchas, socios y jugadores del equipo atigrado.

“Ser fiel hincha del Aurora, permite que gente del club apoye mi emprendimiento. Cuando todo vuelva a la normalidad, regresaré con la escuela y apoyaré al equipo. Quiero llevar al Aurora a lo más alto”, sentenció.

El fútbol hoy, para quien lo practica de forma amateur, es un deporte. Para el que lo hace de manera profesional, es un trabajo. Para el que no es hincha es un espectáculo, pero para Milko, es una pasión, un sentimiento.

Chávez dice que su amor por el FBC Aurora, está establecido de generación en generación y es el común denominador del hincha atigrado. Para los que aman al FBC Aurora, el club lo es todo.

 

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