El factor psicológico en el deporte de alto rendimiento

Desde ‘Río 2016’ hay una mayor presencia de estos profesionales

Luis Henry Campos, asegura que la falta de apoyo de las autoridades, también genera frustración y decepción en el deportista.

Más allá de las capacidades físicas hay otros factores ‘emocionales’ que son decisivos para alcanzar la meta.

Juan Pablo Olivares

Una noche antes de competir en el Gran Prix de Cataluña (España), el marchista Luis Campos Cruz se enfermó. El atleta, experimentó escalofríos y dolor muscular.

Al día siguiente en la línea de partida, se le cruzaban mil cosas por la cabeza. Todas negativas y perturbadoras. El miedo y la frustración se apoderaban de Luis.

Pero a pesar de todo, el marchista empezó a equilibrar sus pensamientos y emociones, utilizando diferentes técnicas, aprendidas durante su preparación psicológica.

“Estaba mal, todos los factores estaban en contra mía, pero tenía que dejar de lado esos pensamientos y miedos. Me convencí que tenía que marchar de la mejor manera y así fue. La parte psicológica lo fue todo en mi”, confiesa después de recordar esa experiencia.

Luis, estableció un nuevo récord nacional con un tiempo de 1h 21m 11s, en los 20 km de marcha. Y se quedó a solo 11 segundos de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Franz Rivera, psicólogo deportivo.

Para el psicólogo deportivo, Franz Rivera, el trabajo psicológico en un deportista, no solo es fundamental, a veces resulta ser determinante. “El punto principal para mí, es conocer al deportista como ser humano, saber sus características como atleta y así tener las herramientas necesarias para ayudarlo”, asegura el especialista.

En el Perú, la psicología deportiva se introduce lentamente y es en este ciclo deportivo (entre los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokio 2020) donde hay mayor presencia de estos profesionales. Sin embargo, los estigmas con los que se enfrenta lo llevan a una lucha constante para superarlos.

Al respecto, Rivera sostiene que “la psicología deportiva, se enfrenta con dos estigmas puntuales”. El primero es asumir que el acudir a un psicólogo es sinónimo de ‘locura’ y el segundo, es la autosuficiencia supeditada a la experiencia del deportista de alto rendimiento.

Otro de los puntos en contra, es que se tiene que abordar el tema socio deportivo, donde participan la familia, los amigos, la pareja, entre otros factores. En este punto, la familia y el equilibrio mental son fundamentales para el desarrollo y éxito del deportista.

En este aspecto Franz Rivera, desde su experiencia, advierte que “la dinámica del deportista con la familia, con su entorno, es vital”. “Hay que vigilar cómo va esa dinámica, pues una influye sobre la otra”, aclara.

Para el especialista otro factor importante es el entrenamiento mental, pero llegar a este punto es nuestro país sería utópico. “El entrenamiento mental consiste en mejorar y potenciar las habilidades del deportista, a partir de un trabajo planificado. Y eso, es vano en Perú porque hay malos hábitos que se copian de generación tras generación y eso, en deportistas adultos hace que cueste adaptarse a un nuevo elemento como es la preparación mental”, explica.

De otro lado, Rivera, sostiene que la inestabilidad emocional del deportista se debe también a los escasos logros deportivos que consigue, a los antecedentes históricos y al contexto social. Asegura que hay un vacío de éxito que provoca que nos centremos solo en los resultados y dudemos de nuestras capacidades.

Es por estas razones, que el trabajo del psicólogo deportivo en cualquier disciplina es importante y necesario. No obstante, la falta de oportunidad de conocer la psicología deportiva como parte de la formación profesional, el desconocimiento de su labor y la inestabilidad laboral provocan el distanciamiento del psicólogo con el deporte.

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