Juan Pablo Olivares
Una mezcla de orgullo, algarabía y bienvenida, se vivió el 13 de octubre de 1940. Los diarios de aquella época le dedicaron fotos y páginas enteras, al momento más importante y emocionante de la historia deportiva de Arequipa: la inauguración del estadio Mariano Melgar.
El recinto deportivo, con una capacidad para 15 mil personas, fue construido en el centro de la ciudad por los 400 años de fundación española de Arequipa y lucía repleto en sus cuatro tribunas. Según el programa, coloridas delegaciones de deportistas desfilaron frente a la tribuna principal, acto que conmovió y animó a las autoridades de ese entonces.
Tanto caballeros como damas vestidos de gala cantaban el Himno de Arequipa mientras, en los recién estrenados camerinos, los equipos del Piérola FBC y White Star, aguardaban emocionados para ser protagonistas del partido inaugural.
Miles de arequipeños vieron el espectáculo, soñado por una ciudad que esperó con paciencia que el primer Stadium Melgar, que sólo tenía una tribuna de madera y que estaba ubicado, en aquel entonces, en la calle Torrello, hoy calle San Juan de Dios, sea remplazado por el estadio Melgar, una edificación de cemento y fierro.
Su historia
Los asistentes no se imaginaron que 26 años después, una larga lista de partidos de fútbol y personajes harían historia en este recinto deportivo. En 1966, jugaría el Santos de Brasil –con Pelé y Garrincha– un partido amistoso ante el FBC Melgar. En 1957, Gladys Zender, la primera Miss Universo peruana, visitaría el estadio.
El tenista arequipeño Alejandro Olmedo, campeón de Wimbledon en 1959, volvería a llenar las tribunas para un partido de exhibición. También fue escenario de la primera participación del FBC Melgar en una Copa Libertadores, en 1982. En 1997, se llevaría a cabo los Juegos Bolivarianos y en 2001, el Campeonato Sudamericano de Fútbol Sub-17.
Rosa Villanueva Torres, hija de Luis Alfredo Villanueva Zegarra, uno de los primeros administradores del estadio, con algo de nostalgia recuerda que, en esa época, la gente iba siempre elegantemente vestida, aunque en su mayoría eran más varones que mujeres.
Recuerda también que la torre ubicada en la tribuna oriente tenía gradas de cemento y escaleras de madera y que el campo se regaba con agua de chacra, porque en el arco norte había pozas. “Para podar el pasto, utilizaban a los borregos”, narra.
Construcción clásica e histórica
Con más de 80 años de antigüedad, el estadio Melgar se convirtió en una construcción clásica, histórica, emblemática y tradicional. Hablar de este estadio es hablar de memoria, de una edificación especial.
Carlos Zeballos Velarde, arquitecto y docente de la carrera de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), sostiene que el estadio Melgar es una construcción de modelo art déco, con estilo geométrico premoderno.
Asimismo, el recinto deportivo se construyó de concreto armado (fierro y cemento), especial para esta edificación por el tipo de actividad, soporte y vibración al que está sometido. Además, por estar en el centro de la ciudad, en el tradicional barrio de IV Centenario, se convirtió en un hito o referente urbano.
“El modelo del estadio como arquitectura es estereotípico. Sin embargo, no tiene una característica especial”, sostuvo Zeballos.
El recinto es una de las obras más importantes y antiguas de Arequipa y forma parte de su historia. Es por eso que muchos arequipeños consideran que debería ser declarado un monumento o patrimonio histórico.
Sentimiento popular, nada más
Más allá de que el estadio Melgar se convirtiera en una especie de “catedral”, para todos los amantes del fútbol y un símbolo identitario para la ciudad, esta condición se ha exagerado un poco.
Para el historiador, investigador y docente, Mario Arce Espinoza, a pesar de la antigüedad e historia del estadio Melgar, su construcción no tiene nada de especial o particular, ni un componente artístico o arquitectónico de valor.
“Lo del estadio Melgar pasa por un tema de sentimentalismo o romanticismo de los arequipeños, que identifican el estadio como parte de su vida. Pero no es suficiente para que sea catalogado como patrimonio o monumento”, explicó.
Futuro incierto
La posible realización del Sudamericano de Fútbol Sub-20 en Arequipa, marcó la agenda del estadio Melgar estos días. El añejo recinto sería una de las sedes para el campeonato. Sin embargo, tendría que ser –por lo menos– refaccionado.
Una posibilidad que, para el arquitecto Carlos Zeballos, se torna obligatoria más allá de lo visual o estético. El especialista asegura que el tema de la seguridad debe ser la prioridad.
En esa línea, la evaluación de la estructura de los estadios responde a normas nacionales que se actualizan a raíz de terremotos y el estadio Melgar ha soportado tres movimientos telúricos de fuerte intensidad.
Además, el docente de la UCSP explica que la evaluación de seguridad consiste también en la forma cómo están dispuestas las áreas de evacuación y el sistema contra incendios.
“Habría que evaluar si vale la pena preservar su estructura o su arquitectura, de lo contrario, sería mejor construir un nuevo estadio”, advirtió.
Lo cierto es que, aunque Arequipa fue designada como sede del Sudamericano Sub-20 de 2025, esta nominación está en peligro, debido a que el estadio Melgar no cumple con los requisitos preestablecidos.
Y quizás, el orgullo, algarabía, y bienvenida que se vivió hace 84 años, se tenga que postergar hasta volver a escribir que Arequipa tiene un nuevo y verdadero estadio.