“El atletismo me ayudó a ser mejor persona”

Mientras para muchos el deporte es solamente un logro físico, para el atleta y docente de la Universidad Católica San Pablo, Paúl Rodríguez Guillén, el atletismo tuvo el poder de cambiar su vida

El veterano atleta apunta a llegar lo más lejos posible en el atletismo.

Juan Pablo Olivares

Este año, Gerhard Paúl Rodríguez Guillén, atleta máster de 57 años de edad, participará en tres importantes competencias en la categoría de 55 a 59 años. La primera prueba será el Mundial de Atletismo Máster, en Florida, Estados Unidos, a fines de marzo.

En agosto próximo, también asistirá al Campeonato Nacional que se realizará en Tacna, y la última gran prueba, donde Rodríguez buscará subir al podio y mejorar su marca, será en el Sudamericano de Atletismo Máster en Santiago de Chile, en el mes de noviembre.

Felicidad y libertad

Aunque no son sus primeras competencias internacionales, Rodríguez se muestra optimista y emocionado, no por conseguir una medalla o mejorar su tiempo, sino porque el atletismo le permite un acercamiento a la libertad y felicidad.

Según el ingeniero civil y también profesor del Departamento de Arquitectura e Ingenierías de la Construcción de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), por más de dos décadas, esta disciplina le ha dado un soporte y equilibrio emocional en cada paso que da, tanto en el deporte como en su propia vida.

Se volvió más fuerte y recobró la confianza y autoestima que creía haber perdido, porque sin tener las cualidades físicas y técnicas suficientes para el atletismo, la perseverancia lo condujo por el camino correcto.

“El atletismo me ayudó a estar bien física y mentalmente. Me alejó de vicios como el alcohol, el tabaco, la mala alimentación. Me ayudó también a ser mejor persona”, confiesa.

El atleta y profesor de la San Pablo se prepara para participar en el mundial de Florida, Estados Unidos.

Perseverancia y confianza

Su historia tiene cola, viene de tiempo atrás. Desde niño siempre hizo deporte. Intentó ser futbolista, nadador y atleta de alta competencia, sin embargo, reconoce que no reunía las condiciones necesarias para destacar.

Con los años, empezó a estudiar y trabajar. El deporte y, en especial, el atletismo fueron relegados hasta el año 2004. Aquel año, recuerda que su hijo fue convocado a la selección de atletismo de su colegio.

Paúl era el encargado de llevar a su hijo a los entrenamientos en el estadio Melgar. En aquel lugar, el docente de la UCSP recordó su etapa como atleta. La nostalgia y las ganas de volver a correr se apoderaron de él. “Consulté con el entrenador Carlos Reiley si podía volver a correr y me dijo que sí”, contó.

Después de casi 20 años, volvió a entrenar con un trabajo planificado y bajo un régimen alimenticio. Las competencias nacionales e internacionales volvieron a ser –de alguna forma– su nueva motivación para seguir adelante.

“En 2015 corrí mi primer mundial en París, Francia. En 2022, participé en el Sudamericano de Bogotá, Colombia, en la prueba de los 400 metros donde conseguí una medalla de bronce”, relató emocionado.

Rodríguez ve en el atletismo el reflejo de la superación personal y profesional.

Atletismo y docencia

Paúl Rodríguez está dispuesto a seguir corriendo con plena conciencia de lo que significa el atletismo en su vida. Está decidido a seguir en las pruebas de velocidad (100, 200 y 400 metros) e incursionar en las pruebas de largo aliento.

Le seduce participar en la Maratón Virgen de la Candelaria, en el 10 k, pero ahora se mentaliza y hasta se obsesiona en prepararse al máximo para el Sudamericano de Santiago, una competencia especial para él donde buscará conseguir una medalla y bajar su registro en los 400 metros planos a menos de un minuto.

Rodríguez luce feliz y tranquilo. Asegura estar en paz y en forma gracias al atletismo, un deporte que le ayudó también a desempeñarse de manera exitosa en el mundo de la docencia, un campo quizás desconocido para muchos. Desde su experiencia, combinar el atletismo con la docencia le ayuda a formar a sus estudiantes como los mejores ingenieros pero, sobre todo, como mejores personas.

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