Eder ‘Palito’ Fernández, el campeón olvidado

Pese a ser campeón nacional con el Binacional, el defensa arequipeño dejó el fútbol por una lesión y la desidia de los dirigentes

Juan Pablo Olivares

Eder Fernández Esquivel, es —o fue— un defensa central serio, sobrio y sacrificado. Campeón nacional con el Binacional en 2019 y uno de los mejores jugadores de aquella inolvidable campaña.

El futbolista que nació en el valle de Corire, no necesita jugar ningún partido más para ser parte de la historia del llamado ‘Poderoso del Sur’. Debutó en el fútbol rentado en el año 2018 y clasificó a la Copa Sudamericana. Fue campeón nacional en 2019 y al año siguiente, jugó la Copa Libertadores, el torneo más importante a nivel de clubes en Sudamérica.

‘Palito’ (como cariñosamente le llaman) dejó el Binacional en 2021, tras un año caótico donde descendieron; sin embargo, gracias a un fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), el equipo de Juliaca volvió a la primera división y con ello, la oportunidad para Fernández de continuar en la Liga 1.

Pero el fútbol y la directiva del Binacional, no tuvieron memoria. Fernández que, hasta el año 2017 era un completo desconocido en el fútbol profesional, cinco años después —al parecer— sigue en el mismo estatus.

Con 33 años de edad, no tiene equipo y prácticamente se retiró del fútbol. Según el sitio web Transfermarkt, su valor en el mercado es de 160 000 dólares, casi 100 mil dólares menos que el valor más alto fijado en 2019.

“El entrenador, Wilmar Valencia, me tenía en sus planes. Juan Carlos Aquino (presidente del Binacional), me llamó y me dijo para continuar este año. Llegamos a un acuerdo, pero hasta el día de hoy sigo esperando. La directiva del Binacional se maneja peor que la de un equipo de Copa Perú”, confiesa.

EL DATO

Antes de ser futbolista profesional y campeón nacional, Fernández fue un verdadero trotamundos del fútbol amateur. Desde el año 2002, jugó en clubes como El Saetas de Oro, Transportes del Carpio, Futuro Majes, Unión Minas de Orcopampa, Social Corire, Chinitos de Atico y Sportivo Huracán (equipo en el que más destacó).

Pero al futbolista no le extraña la actuación de Aquino y aclara que, el éxito del equipo, se dio por el compromiso y profesionalismo de sus compañeros y comando técnico. “En un partido por la Copa Libertadores, nos alojamos en un hotel donde había arañas, los colchones estaban en el suelo y no teníamos qué comer. A pesar que fuimos campeones, jugamos Sudamericana y Libertadores, esos errores no cambiaron”, añade.

Fernández dice que, aún le cuesta asimilar su temprano e inesperado retiro del fútbol; con frecuencia, piensa que irá a los entrenamientos y que el fin de semana defenderá los colores del Binacional. Aunque recibió algunas propuestas de equipos de segunda división, Palito decidió no jugar este año.

“Estuve solo cuatro años en el fútbol profesional (2018-2021) y por eso no fui popular. Quizás sea una de las razones por las que, no tuve ninguna posibilidad de fichar por otros equipos”, lamenta.

Primero está la salud

Pero no solo la falta de ofertas para seguir en el fútbol profesional, ocasionaron que ponga punto final a su carrera como futbolista, lo hace también, por un tema de salud.

En el año 2016, cuando jugaba la Copa Perú, Fernández sufrió un accidente automovilístico. Seis años después, ese incidente le provocó una hernia en la columna (hernia discal), que le causa dolor lumbar y problemas para entrenar de forma normal.

“Desde el año pasado, empecé a tener fuertes dolores lumbares y el doctor me recomendó no exigirme en los entrenamientos, incluso me pidió dejar el fútbol profesional. Siento que puedo seguir jugando uno o dos años más, pero primero está mi salud”, asegura.

Fernández, quiere pensar solo en él y su familia, lejos del balón, pero asegura que, tarde o temprano volverá a lo que más le apasiona, aunque esta vez no como futbolista, sino como entrenador.

Por ahora, el excampeón nacional, se dedica a la formación de nuevos valores en el deporte rey. Lo hace en su escuela Integral Corire —abierta este año— y que alberga a más de 100 niños en busca del sueño que los convierta en futbolistas profesionales.

 

 

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