Juan Pablo Olivares
Damaris Cóndor Merma, tiene sólo 17 años de edad y ya representó a Arequipa en varios torneos de vóley. La arequipeña cumplirá la mayoría de edad el próximo 14 de marzo, pero ya se alzó con el premio a la mejor armadora del campeonato nacional sub-17 en 2022 y este año, volvió a subirse al podio al ocupar el tercer lugar.
Además, hizo su debut como titular en el equipo de la Universidad Católica San Pablo, en los Juegos Universitarios 2023 que se disputaron en nuestra ciudad, y donde el equipo universitario clasificó a la etapa regional.
Nueva experiencia
Los Juegos Universitarios fueron el punto de quiebre de un año cargado de emociones y de un vertiginoso crecimiento para Damaris, quien es una de las jugadoras con mayor proyección del vóleibol arequipeño y universitario.
Hoy, con más experiencia en su haber, Damaris con su 1.60 m de estatura está lista para encarar un desafío mayor: ser campeona universitaria y la mejor armadora del país.
“La experiencia en estos juegos, ha sido muy buena. Fue como explorar un mundo nuevo, porque siendo la menor del equipo, pude relacionarme y aprender más de la competencia universitaria”, confiesa emocionada.
Perfil armado
Muchas veces se ha dicho que la armadora es la pieza fundamental y líder dentro del equipo. Es la que más veces tiene contacto con el balón. Según Damaris, sin una buena armadora no habría un buen juego.
Pero, sobre todo, tiene que ser fuerte y equilibrada emocionalmente. Es decir, debe controlar las emociones y estar siempre concentrada. Además, tiene que servir en suspensión (salto) y evitar o disminuir el tiempo de bloqueo. “Mi entrenador siempre me decía que, una buena armadora es la que deja a su atacante sin bloqueo”, asegura.
Trabajo en equipo
Pero el vóley es un deporte en equipo, y la armadora necesita que sus compañeras estén en la misma sintonía y velocidad de juego. ¿Cómo lo hace? Damaris cuenta que lo hace mediante señas y tiempos.
Por ejemplo, un primer tiempo es levantar un balón corto cerca a la net. El segundo tiempo es un servicio alto y el tercer tiempo es levantar tres o cuatro balones encima de la net. “Me gustan las jugadas rápidas o las de primer tiempo. En este tipo de jugadas es importante tener mucha precisión”, explica.
El estudio, su prioridad
Su talento innato para el vóley, le valió para ser convocada a una preselección nacional y ser tentada para jugar en el club Alianza Lima de la Liga Nacional Superior de Vóleibol, no obstante, Damaris, desistió de dar ese paso.
La deportista reconoce que fue porque no le gusta estar alejada de su familia y porque no piensa vivir del vóley. Damaris, eligió primero el estudio. Quiere culminar la carrera de Administración de Negocios en la San Pablo, convertirse en una gran profesional y ser independiente lo antes posible.
“No me imagino mi vida sin jugar al vóley ni estudiar. Cuando hago las dos cosas, soy la mujer más feliz del mundo”, asegura Damaris, quien juega al vóley desde los nueve años de edad.