Boxeo femenino: un combate contra los prejuicios y desigualdad

Sheshira Cjuno, es una boxeadora arequipeña que busca destacar en este deporte y así motivar a más mujeres

Juan Pablo Olivares

La historia de Sheshira Cjuno Condorena, es la de una mujer boxeadora que se abre camino en un deporte donde aún creen que, solo los hombres pueden subir a un ring. Es un relato de combate contra los prejuicios y el machismo.

A sus 18 años de edad, lanza golpes al saco de boxeo. Sus brazos parecen impulsados por un resorte donde uno caería tumbado al suelo si recibe uno de estos impactos.

El saco está colgado en el patio de su casa. Es un espacio amplio que Sheshira —en su imaginación— ve como un cuadrilátero; es un lugar en el que se refugia todos los días para soltar su estrés y preocupaciones.

Ya sean profesionales o amateurs, en los últimos años, cada vez son más las mujeres que se interesan en esta disciplina y se enfrentan a la discriminación, la violencia y otros cuestionamientos.

“He presenciado agresiones a mujeres y siempre quería defenderlas. Si nosotras sabemos defensa personal, podríamos cuidarnos de cualquier ataque o violencia.”, sostiene.

El boxeo, su pasión

Sheshira, antes practicaba fútbol y natación, pero ver las películas de Rocky en el televisor familiar se convirtieron en tal afición, que la llevaría a convertirse en una boxeadora amateur.

Su primera experiencia con el pugilismo fue a los 14 años, en el gimnasio del estadio Melgar, exactamente en la escuela de ‘Chocolate’ Torres.

Aquel paso cambió su vida y no fue fácil. Cuenta que, cuando sube al ring, tiene que darlo todo para salir victoriosa. “Es como la vida misma, hay que luchar hasta el final. Hasta que no puedas más”, enfatiza.

La pugilista pelea en la categoría medianos (70 kilos) y lleva en su haber cinco combates; cuatro fueron en campeonatos nacionales y uno a nivel internacional. En el boxeo se practica varios estilos y técnicas. La pugilista arequipeña, no suele ser muy rápida y prefiere tener como técnica el contragolpe.

Sus objetivos en este deporte son a largo plazo. Buscará ganarse un nombre en el boxeo arequipeño y pelear en el extranjero.

“El boxeo es como la vida misma, hay que luchar hasta el final. Hasta que no puedas más”.
Sheshira Cjuno

Apoyo incondicional

Ella es la segunda de cuatro hermanos y no solo es la boxeadora de la familia, sino también la más expresiva y temperamental. Según cuenta, el primero en aceptar y apoyarla en su aventura dentro del deporte de las narices chatas, fue su papá.

“Mi papá sabía que dedicarme al boxeo, sería una buena manera de aprender a defenderme, pero a mi mamá no le gustaba porque pensaba que era muy agresivo y que podían lastimarme”, cuenta.

Este deporte es durísimo de practicar siendo mujer. En una sociedad machista como la nuestra, que suele tildarlas de lesbianas, Sheshira solo piensa en triunfar y convertiste en una deportista profesional.

A pesar que no hay un registro oficial, se estima que, en el país más de un centenar de damas decidieron ponerse las vendas, el casco y los guantes de box, en busca de la igualdad deportiva y reducir esta brecha.

La lucha por este reconocimiento es larga y aunque poco a poco se ven los frutos, esto no acaba hasta el último round. Para Sheshira, la pelea recién empieza y está en juego el título de mujer campeona.

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