Ana Paula ‘Patato’ Márquez, la historia de la nieta del ídolo de Melgar

Pese a los prejuicios y discriminación que sufrió de niña, el balompié y el sueño de convertirse en futbolista profesional siempre están presentes en su vida.

Ana Paula Márquez, defiende la casaquilla del FBC Melgar desde los 15 años.

Juan Pablo Olivares

Años atrás, en el Perú se creía que el fútbol se tenía que asociar solo a los hombres. Era un deporte vetado para las mujeres, porque decían que producía infertilidad, que podían tener inclinaciones masculinas, entre otras cosas sin fundamento alguno.

En 2004, Zulay Velásquez, descubrió con preocupación que a su pequeña hija Ana Paula Márquez, le gustaba patear el balón antes que jugar con muñecas. En un inicio intentó evitarlo de todas las formas porque temía que la lastimen o se burlen de ella.

En una Navidad le compraron una muñeca que estaba de moda. Zulay recuerda que el regalo era carísimo, pero Ana Paula prefirió una pelota de fútbol de tres soles y pedía que solo le cuenten historias relacionadas al deporte rey. Su destino estaba marcado y la nena ya lo tenía claro: quería ser futbolista. Hoy, 18 años después, Ana Paula juega en el FBC Melgar.

Herencia futbolera

Ana Paula Márquez Velásquez (18), posee un talento innato para jugar al fútbol. Aunque es diestra, domina  el balón con ambos pies. Regatea, asiste y marca goles. No es para menos, es nieta de Eduardo ‘Patato’ Márquez, el goleador e ídolo del FBC Melgar.

Mide 1.56 m, pesa 48 kilos y con solo 18 años, posiblemente sea la integrante de la familia Márquez con mayor proyección en el fútbol. Lo que sí es un hecho es que heredó el apodo y el talento de su abuelo, y se perfila como una de las protagonistas del equipo rojinegro que participa en la Copa Perú femenina, y que clasifica al campeón a la Liga 1.

“Estar en el Melgar es un logro muy grande en mi carrera. Me permite crecer como persona y futbolista, además cumplí con el deseo de mi abuelo Eduardo, que era verme jugar con la camiseta rojinegra”, dice orgullosa.

Ana Paula cuenta con el apoyo de la familia y tiene en su abuelo Eduardo ‘Patato’ Márquez el ejemplo a seguir.

Futuro prometedor

Su historia tiene cola, viene de tiempo atrás, donde tuvo que superar obstáculos. Empezó en la escuela de Boca Juniors, en un grupo donde predominaban los varones y solo había dos mujeres: Ana Paula y su amiga Luciana Herrera.

“Antes, mis amigos del barrio me decían que el fútbol era solo para varones y que tenía que dedicarme a otra cosa o jugar con muñecas, pero yo los ignoraba. Nunca pensé dejar de jugar al fútbol”, recuerda Ana Paula.

Rubén Herrera fue futbolista, jugó en el FBC Melgar y también fue su descubridor. Es amigo íntimo de la familia Márquez, conoce a Ana Paula desde que nació. Con firmeza dice —entre otras cosas—, que su expupila tiene una coordinación motora óptima. Que sabe manejar su simetría y que además, tiene una buena visión periférica, sin embargo, confiesa que aún le falta trabajar la parte física y potencia.

“Hay que seguir trabajando a largo plazo. A mí me gustaría que Ana Paula, salga al extranjero para que mejore la parte mental y psicológica, porque el futbolista peruano (hombre o mujer) suele ser débil de mente”, sostiene.

La futbolista rojinegra, tiene como objetivo ascender a la Liga 1 femenino y jugar en el extranjero.

Presente y futuro

Por ahora, todo marcha por buen camino. Las oportunidades que se le presentan a Ana Paula, las está aprovechando. Su papá, Alejandro, asegura que todo se consiguió a punta de esfuerzo y trabajo. “Mi papá [‘Patato’ Márquez] nunca pidió un favor para que su nieta llegue al Melgar”, asegura Alejandro.

El rendimiento y aprendizaje de Ana Paula en el FBC Melgar, fue progresivo. Lucy Rodríguez, entrenadora del equipo rojinegro, no solo destaca el crecimiento de Márquez. La estratega, asegura que el nivel de todas las chicas en la parte técnica y táctica, mejoró y se convirtió en su principal fortaleza.

“Las chicas tienen ganas de aprender. El esfuerzo por ser mejores y el tiempo que han dedicado a los entrenamientos, es lo más valioso. El equipo está encaminado para la profesionalización”, sentenció.

El sueño de llegar al fútbol profesional, no solo es el de Ana Paula Márquez, sino de las 30 chicas que hoy defienden los colores del FBC Melgar. Mujeres que llegaron de diferentes puntos de la región y que marcan un nuevo comienzo en el fútbol femenino arequipeño.

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