Turismo, historia y magia en el Valle de los Volcanes

Geraldine Canasas Gutiérrez

El Valle de los Volcanes o también conocido como el Valle de Andahua, está situado entre los cañones el Colca y Cotahuasi, ambos considerados —hasta hoy—, los más profundos del planeta. Por su singular geografía, pertenece al corredor turístico más importante del Perú, pero es contrariamente el menos publicitado.

Este año la Organización de Gestión de Destino (OGD) ha decidido impulsar el valle como nuevo destino de turismo internacional. Para ello se han elaborado un paquete turístico promocional, en donde personal capacitado, brindará el recorrido por todo el circuito.

Historia

La zona fue habitada por diversos grupos étnicos dedicados a actividades agrícolas y ganaderas. Algunas de las culturas que dejaron diversos vestigios en textiles y cerámicos fueron los Kunti, Chuquibamba, Arunis y posteriormente también los incas, quienes incorporaron esta zona al Tahuantinsuyo.

En la actualidad el valle tiene 10 mil habitantes que aún mantienen vivos muchos de sus rituales, la herencia cultural no se ha visto interrumpida por lo que el truque, las ofrendas a los Apus y las ceremonias a sus divinidades son prácticas comunes y vigentes.

Descubrimiento

No fue sino hasta 1934 que se supo de este Valle; ese año la revista National Geographic realizó una expedición aérea y capturó las primeras imágenes, sin embargo la zona fue conocida a nivel nacional recién en 1960, gracias a un grupo de topógrafos y vulcanólogos. Tiempo después se formalizó el acceso y se empezó a promover como lugar turístico.

Debido a la altitud (entre los 4300 y los 1350 msnm), el paisaje se presenta como un plano inclinado, la actividad volcánica que no ha cesado, sigue dando lugar a pequeños conos que cubren gran parte de la zona, formando colinas y quebradas que han dado paso a una vasta vegetación natural, la misma que ha sido aprovechada por muchos pobladores. El agua de manantial ha dado como fruto la formación de tres lagunas importantes: Pumajallo, Chachas y Mamacocha.

Debido a la caprichosa geografía que presenta, el Valle de los Volcanes podría ser considerado como un oasis, el más complejo después de la Laguna de la Huacachina, debido a los nuevos pisos ecológicos que se han formado.

La flora y fauna

En el año 2006 un grupo de biólogos, liderado por Horacio Zeballos y Elina Linares, realizaron estudios e identificaron 269 especies de flora: 243 silvestres y 26 cultivadas (hierbas, arbusto, árboles). En este conjunto de especies se encuentran 7 cactus únicos en el mundo y en vías de extinción. Sólo 61 especies naturales son utilizadas por los pobladores ya sea para la construcción de viviendas, elaboración de artesanías, hierbas medicinales o para rituales con fines místicos.

En cuanto a la fauna, se ha registrado 76 especies de aves, 24 especies de mamíferos, 3 especies de reptiles y 2 especies de anfibios. Entre todas destaca la nutria, que increíblemente se ha adaptado a este microclima, así como el colibrí más grande del mundo, que puede medir hasta 25 cm. En el Valle también se pueden apreciar los 4 tipos de camélidos concentrados en sólo lugar y en los pueblos destaca el caballo andino, que soporta duras tareas a grandes altitudes.

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