Mal de muchos: De regreso a 1942

El film de Feng Xiaogang, patrocinado por el régimen comunista chino

La cinta recrea uno de los episodios históricos más dolorosos del gigante asiático.

César Belan

Es el siglo III a. C. y Qin Shi Huang, conquistó los otros seis reinos de la región y logró unificar China. Después de eso, el primer emperador emprendió una serie de reformas administrativas y grandes proyectos de construcción para consolidar su poder. Entre ellas, afianzar una serie de fortificaciones al norte del país, para contener a las tribus nómadas.

Para edificar la Gran Muralla China, ordenó el desplazamiento de aldeas completas y sometió a trabajos forzados a miles de hombres que dejaron sus huesos como cimientos de las fortalezas. Así inició la historia del gigante oriental. Lo hizo estableciendo una costumbre: la inmolación del pueblo chino a instancias de sus despóticos gobernantes. De regreso a 1942, pretende ser una crónica cinematográfica de uno de esos holocaustos, ya en tiempos contemporáneos.

Un poco de historia

En 1942, China fue ocupada y destruida por el Imperio del Japón. Un débil Gobierno republicano a cargo del general nacionalista Chiang Kai Shek, resistía en el este del país. A pesar del apoyo recibido de los Estados Unidos (en la figura del general Joseph Stilwell), la ineptitud y corrupción de sus efectivos militares y burócratas solo cosechaban derrotas.

Con brazo de hierro, Chiang vivía paranoico por conservar su precaria posición y gastaba más recursos de los que tenía en enfrentarse a los comunistas de Mao, además de los nipones.

En ese atroz escenario, la provincia de Henan (una de las pocas que no estaba sometida a la férula japonesa), sufrió una hambruna como no se había visto en siglos. Los campos estaban vaciados de hombres que habían sido levados y una plaga de langostas, destruyó la poca producción de arroz.

Esto provocó un éxodo de más de 8 millones de personas que huían de la guerra, de la enfermedad y sobre todo del hambre; fueron también, blanco de la fuerza aérea japonesa que, buscando ralentizar el avance del ejército nacionalista chino, bombardeó caminos abarrotados de refugiados.

A pesar de ello, el gobierno de Chiang, no solo desoyó los reportes que recibía de la tragedia, sino que pretendió ocultarlos a sus aliados occidentales.

Finalmente, y por presión de los americanos, enviaron parte de los suministros militares a una población exhausta y hambrienta; sin embargo, funcionarios y generales, que eran parte de una red generalizada de corrupción y que finalmente, haría triunfar a sus rivales comunistas, traficaron y ocultaron toneladas de arroz destinadas a sofocar la escasez.

Se calcula que, de 2 a 5 millones de habitantes, perecieron por hambre o violencia, extendiéndose prácticas como el canibalismo o la trata de personas.

La película

Back to 1942, es una producción china del año 2012, que recrea la tragedia siguiendo el relato de Liu Zhenyun. Se trata de un homenaje 70 años después de la debacle, pero también constituye un manifiesto político o un film de propaganda, producido por el régimen comunista chino. En él se pone de relieve cómo la maldad de los industriales, capitalistas y burgueses fue una causa indirecta de la hambruna.

La cinta censura la acción misionera y caritativa de la Iglesia católica, en la persona de un inverosímil monje trapense, pero sus mayores críticas las enfila contra Chiang Kai Shek, enemigo capital de Mao Tse Tung.

La lista tradicional de enemigos del régimen de la república popular, está casi completa. Extraña luego el gentil tratamiento que hace de los norteamericanos, encarnados en Adrien Brody (que encarnó a Theodore H. White, el periodista que debeló la hambruna al mundo) y Peter Noel Duhamel (Gen. Joseph Stilwell).

A pesar de su impresionante fotografía y buenos recursos visuales —resaltan soberbias secuencias de batallas—, la cinta cae en el maniqueísmo y la caricaturización de los personajes (típico riesgo de este tipo de producciones). Asimismo, se percibe el abuso del recurso dramático, al no dosificarse el patetismo y el dolor.

La victimización, finalmente, desdibuja la magnitud de la catástrofe y va en contra de los propios intereses de la película. A pesar de ello, es una producción que vale la pena ver por todo que propone y significa.

No obstante, no debe olvidarse que el Gobierno comunista chino, patrocina este film, planteándolo como una lección de humanidad y contra cualquier actitud que vaya en contra de la dignidad del hombre, curiosamente se caracteriza por su autoritarismo y violencia (a pesar que los palurdos de turno le revienten salvas).

Justamente, 20 años después del genocidio provocado por el Gobierno nacionalista chino, Mao Tse Tung llevó a cabo un proyecto de reingeniería social, conocido como el Gran Salto Adelante, utopía comunista que provocó una hambruna considerada como la más mortal de los desastres provocados por el hombre en la historia humana.

Ella cobró la vida de casi 50 millones de personas, consecuencia de las políticas delirantes del Gobierno comunista y su Gran Timonel. Este desastre provocado aún no tiene película que lo describa y hasta 1981 fue absolutamente negado por el Gobierno chino. El mismo régimen que gasta millones en hacer ver la paja en el ojo ajeno.

FICHA TÉCNICA

Feng Xiaogang (2012). Yī Jǐu Sì Èr. Huayi Brothers. China. 146 min.

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