El valor educativo de un regalo

Un regalo especial trae consigo un mensaje de cariño para quien lo recibe.

Kattia Guzmán Huallpa
Anggela Morales Romero
Club de Periodismo – UCSP

Es habitual que la fecha más esperada, sobre todo por los niños, sea la Navidad. En ella las personas buscan mostrar su corazón y se tiende mucho más a compartir, en especial con nuestros seres queridos. Pero ¿cómo hacer de esta una ocasión también de aprendizaje para nuestros hijos?

Para el educador Jorge Pacheco, decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica San Pablo, “es muy importante ver esta fiesta con mucha ilusión y
no desperdiciarla, porque estamos sensibles y predispuestos a algo muy grande”.

“No veamos estas fechas como una mera costumbre, sino pongamos vida a esa costumbre; veamos la ilusión de armar el árbol de manera especial, tener una cena con toda la familia, compartir, jugar, reír… Todo junto a la familia y las personas que más queremos”, recomendó. De allí la importancia de celebrar y afianzar en el niño la tradición de hacerlo.

“La celebración —dice Pacheco— varía según la familia y se modifica también conforme los hijos van creciendo: unos puede realizar una cena entre todos y acompañada de una oración bien preparada; otros llegan de viaje y pasan Noche Buena juntos; otros realizan representaciones de escenas del nacimiento de nuestro Señor, etc. Pero todo con el fin
de reunir y pasar un mo-mento lindo y memorable con la familia”.

¿Qué regalar?

En Navidad es tradicional hacer un regalo a las personas que queremos, esto forma parte de nuestra cultura; pero ¿qué puedo hacer para que esto tenga sentido y no quede solamente en un plano anecdótico?

Para Pacheco “es muy importante entender que al momento de dar un objeto o lo que fuese, este porta un simbolismo. No solo es lo material, detrás de él hay algo más valioso”, señaló el educador.

“Hoy en día se ha perdido mucho este valor, puesto que es la comercialización lo que más importa; por ello es vital que uno empiece a pensar distinto, pensar en no buscar solo algo bonito, sino algo que represente lo que uno quiere regalar a la otra persona: ¿amor, felicidad, comprensión? Todo lo que uno quiere a través de solo un signo”, agregó Pacheco.


“Regalar un libro enriquece al niño”

Mónica Milón, profesional con 27 años de experiencia en la docencia, nos explica de qué forma se puede lograr que el comprar regalos en estas fechas se convierta en una experiencia de aprendizaje.

Desde su experiencia educativa, ¿cómo orientar la compra de regalos en Navidad?
Yo tengo un hijo de 18 años que tiene habilidades especiales. En el afán de volcar mis estudios y mi experiencia como docente y querer que él surja más, en Navidad cuando él era niño no le regalaba juguetes, sino material educativo; pero cuando llegó el hermanito me di cuenta del error que había cometido: había hecho que mi hijo mayor no sepa jugar con un carro o una pelota.

¿Qué deben regalar los padres según la edad de sus hijos?
Para la primera infancia que les regalen juguetes como muñecas, trompos o pelotas, ya que les permite jugar. A partir de los siete años podría ser un juego electrónico, pero no como único regalo porque no es bueno.

¿Un celular o una tablet?
Para la lectura del aparato, el niño tiene que desarrollar el nervio óptico. Si nosotros le regalamos a un niño de siete años un celular, este mirará el foco que tiene el aparato, que es cada vez más chico, entonces vamos a desarrollar niños con problemas de atención y concentración; con agilidad ciertamente, pero acostumbrados a poner la mirada en un solo punto y perder el campo visual.

¿La tecnología ha suplantado a los regalos tradicionales?
Antes sentías esa emoción por el juguete que te iban a regalar. Pero ahora muchos niños de ocho o nueve años ya no quieren muñecas, carros o trompos; y si los quieren te los piden electrónicos o metidos en un juego de celular o tablet.

¿Qué se ha perdido?
Se ha perdido el ser niño, el correr, el disfrutar de tu arte y espontaneidad. Antes todo era correr e interactuar entre nosotros. Ustedes ahora ven en los colegios que cada quien está con su celular y pocos conversan; nadie juega, salvo los que juegan fútbol, que felizmente es uno de los deportes que no se ha perdido.

Un regalo que recomiende.
Un libro, ya que enriquece a los niños y contribuye de gran manera a su crecimiento personal.

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