Atentado en Pakistán: otra vez el blanco fueron los cristianos

El terror pasó de Bélgica a Pakistán en menos de una semana. Aún no terminábamos de velar a los 32 fallecidos tras las explosiones en el aeropuerto de Bruselas y el medio oriente irrumpía con otra terrible noticia: 72 muertos, 29 de ellos niños, tras un atentado en el parque Gulshan-e-Iqbal, de la ciudad pakistaní de Lahore producido el domingo de Pascua.

El kamikaze “se hizo estallar cerca del área de juegos para niños, donde jugaban en los columpios”, precisó un testigo a la agencia de noticias AFP. Un día después del atentado, el panorama era desolador: “la policía había acordonado la zona donde aún quedaban jirones de piel, ropa y vendas ensangrentadas en los columpios, dando testimonio de la carnicería ocurrida la víspera”, señala la crónica de la misma agencia.

El objetivo: los cristianos

“Hemos perpetrado el ataque de Lahore y los cristianos eran nuestro objetivo”, dijo por teléfono a AFP, Ehsanullah Ehsan, un portavoz de Jamaat-ul-Ahrar, una facción del grupo extremista Talibán que busca instaurar la sharia en todo el país. Hace un año, este mismo grupo se atribuyó otro ataque contra cristianos. En aquella oportunidad el blanco fue un templo católico en Lahore y el saldo fue de 15 muertos y 70 heridos.

Información internacional refiere que Jamaat-ul-Ahrar surgió en 2014 y se compone de facciones talibanes descontentas de cuatro de los siete distritos tribales a lo largo de la frontera de Pakistán con Afganistán. Otras fuentes refieren que el atentado podría también estar unido a las tensiones surgidas tras la ejecución de Mumtaz Qadri, considerado un héroe por aseinar en el 2011 al gobernador de Punjab, Salmaan Taseer, opositor la ley antiblasfemia.

“No podemos excluir una relación entre ambos hechos, pues entre los manifestantes y los terroristas existe un cierto nexo ideológico”, ha dicho Peter Jacob, director de la Comisión Justicia y Paz de Pakistán.

La tragedia

Dimensionar la tragedia a la distancia no se sencillo. Se cuenta, sin embargo, con testimonios como los de Monseñor Sebastian Francis Shah, Arzobispo de Lahore.
Monseñor Shah explica que para la comunidad cristiana de Pakistán en los días de fiesta, como Pascua o Navidad, tiene la costumbre, después de la misa y la comida en familia, de salir a pasar a un parque para continuar las celebraciones.

“Después del atentado del año pasado a las dos iglesias cristianas en el barrio de Youhanabad temían que pudiera verificarse un ataque y por eso el gobierno había preparado las medidas de seguridad necesarias para proteger las iglesias, pero nadie había pensado en el parque”, cuenta el Obispo. Todo ocurrió pese a que las autoridades habían puesto en marcha las medidas de seguridad necesarias para las celebraciones del Sábado Santo.

Dolor por todos

Pese a que el ataque estuvo dirigido principalmente a los cristianos, Monseñor Shah ha ofrecido consuelo también a las víctimas musulmanas del atentado. “He visitado cada cama, y a cada víctima sea cual sea su fe. Ha sido realmente difícil, porque he visto muchos niños de apenas 4 ó 5 años, cristianos y musulmanes, heridos o asesinados por este terrible ataque”, narra el prelado. “A mis fieles les he dicho que no pierdan la esperanza, porque aunque afrontamos un periodo de grave dificultad, debemos aprender a levantarnos de nuevo así como Cristo ha sabido levantarse incluso llevando la cruz. Y así nosotros, aun llevando nuestra cruz debemos lograr ir adelante. Porque Dios estará siempre con nosotros”, asegura.

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