Volver la mirada a los adultos mayores en tiempos de pandemia

Gabriela Cáceres Luna
Docente UCSP

En medio de la incertidumbre que se vive en torno a la pandemia del coronavirus, un hecho incuestionable es que los adultos mayores se muestran como la población más vulnerable a infecciones graves o fatales por este virus. 

Esta adversa realidad ha vuelto la mirada hacia nuestros ancianos; su fragilidad física y psicológica se tornan tema de reflexión entre las familias, el personal de salud y la sociedad en general. Nos ha cuestionado sobre la capacidad que tenemos todos para acoger las necesidades propias de la tercera edad. 

Las visitas son restringidas, no la comunicación. Haga frecuentes y animosas las llamadas a los abuelos, tenga gestos de afecto e inclusión, pregunte por su bienestar y exprese cuan importantes son para usted

Con el fin de evitar el contagio entre los más vulnerables, se ha recomendado a hijos, nietos y demás familiares restringir sus visitas. Esta medida, si bien protege a nuestros ancianos también podría aumentar en ellos la sensación de soledad y aislamiento, la falta de compañía y la falta de contacto físico podrían desfavorecer su estabilidad emocional e incluso tener un impacto negativo sobre su sistema inmunológico. 

El ánimo triste, la pérdida de interés en actividades que antes les generaban placer, alteraciones en el sueño y la alimentación, fatiga o cansancio, sentimientos de inutilidad o de culpa, disminución de la concentración y el incremento excesivo de quejas somáticas, suelen ser las manifestaciones más usuales de depresión en este sector de la población. Tenemos entonces el reto de cuidar su salud mental en esta cuarentena. 

Las visitas son restringidas, no la comunicación. Haga frecuentes y animosas las llamadas a los abuelos, tenga gestos de afecto e inclusión, pregunte por su bienestar y exprese cuan importantes son para usted, ayude a que cuenten con las provisiones necesarias, tranquilice sus dudas con información clara y verdadera para que tomen las medidas adecuadas en su cuidado y no incrementar las preocupaciones derivadas del bombardeo de información sensacionalista y la percepción de indefensión que en este momento les acarrea. 

Déjese impactar por su sabiduría acumulada que bien enriquece la creatividad propia de los jóvenes, dándoles a los mismos una mirada profunda, fruto de la madurez de nuestros ancianos. Valore su presencia, disfrute de su compañía.

Y si usted tiene la fortuna de compartir el espacio con un anciano, responda al llamado de la importante labor de cuidarlo, tome las medidas sanitarias ya ampliamente difundidas, pero no olvide también mantener una escucha activa a sus necesidades. Bríndele una sana alimentación, ayúdele en el cumplimiento de sus tratamientos médicos y procúrele ejercicios físicos adecuados para mantenerlos activos. 

Asuma el reto de proponer tareas entretenidas e interesantes que representen un reto cognitivo para nuestros ancianos y ayude a mantenerlos activos mentalmente, comparta charlas que les permitan compartir sus vivencias y hacer un recorrido a través de su vida ejercitando su memoria. Déjese impactar por su sabiduría acumulada que bien enriquece la creatividad propia de los jóvenes, dándoles a los mismos una mirada profunda, fruto de la madurez de nuestros ancianos. Valore su presencia, disfrute de su compañía. 

Las personas adultas mayores pueden y deben seguir manteniendo una vida activa y productiva incluso en medio de esta crisis, el contar con un ambiente ajustado a sus aptitudes, actitudes y habilidades específicas, se convierte en una labor que nos compromete a todos. Volvamos los ojos a nuestros ancianos, dejemos que hablen y escuchemos, demos palabras de aliento, seguridad y amor. 

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