Trump y su geopolítica expansiva: ¿estrategia o bravuconería?

Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo

A pocas semanas de su retorno a la Casa Blanca, Donald Trump ha lanzado tres propuestas que han generado controversia internacional: retomar el control del Canal de Panamá, convertir a Canadá en el estado 51 de Estados Unidos y comprar Groenlandia a Dinamarca. La pregunta clave es si estas ideas son simple fanfarronería o parte de una estrategia más amplia.

En el ámbito geopolítico, estas iniciativas parecen responder a dos desafíos: China y Rusia. Respecto a China, Trump busca contrarrestar su creciente influencia en Latinoamérica, que podría amenazar el control sobre un punto estratégico como el Canal de Panamá. Además, China domina el mercado de minerales raros, esenciales para tecnologías como los vehículos eléctricos. En este contexto, Groenlandia, rica en estos recursos, adquiere un papel central.

En cuanto a Rusia, el deshielo del Ártico ha abierto rutas comerciales y estratégicas en esa región, por lo menos durante el verano. Con Groenlandia y Canadá bajo control estadounidense, Washington podría compartir de forma exclusiva el paso por el Ártico con Moscú, así como proteger con una mayor presencia militar sus intereses en esta región y aprovechar los recursos energéticos inexplorados del norte canadiense.

Sin embargo, estas propuestas enfrentan serios obstáculos. La primera ministra de Dinamarca ha rechazado la idea de que Groenlandia esté en venta, Canadá no contempla ser parte de EE.UU., y Panamá no cederá su soberanía. Entonces, ¿qué obtiene Trump con estos anuncios?

En Canadá logró darle el empujoncito que le faltaba a Justin Trudeau para que saliera del gobierno, en Groenlandia hay negociaciones para ensanchar el nivel de asociación y Panamá está restringiendo el paso fronterizo a los migrantes. ¿Se quedará con estos logros o irá por más? Sólo el tiempo lo dirá.

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