Elva Franco Delgado
Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica San Pablo
La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo humano, marcada por cambios físicos, emocionales y cognitivos significativos. Durante este periodo, los adolescentes enfrentan una serie de desafíos que influyen en su conducta y en la toma de decisiones. Pero, ¿cuáles son los factores que afectan estas decisiones y cómo podemos apoyar a estos jóvenes en su camino hacia la madurez?
En la adolescencia, el cerebro experimenta una remodelación significativa, especialmente en áreas relacionadas con la toma de decisiones y el control de impulsos. La corteza prefrontal, responsable de funciones ejecutivas como la planificación y el razonamiento, aún está en desarrollo. Esto puede explicar por qué los adolescentes a menudo actúan de manera impulsiva y toman decisiones arriesgadas.
Por ello, las emociones juegan un papel crucial en la toma de decisiones de estas personas. La búsqueda de sensaciones y la necesidad de aceptación social pueden llevar a comportamientos impulsivos. Por esa razón, los adolescentes son más propensos a tomar decisiones basadas en emociones intensas, eso puede llevarlos a actuar de forma precipitada sin considerar las consecuencias a largo plazo.
Por otro lado, el entorno social y las influencias de los pares son determinantes en la conducta adolescente. Ellos buscan pertenecer y ser aceptados por su grupo de iguales, lo que puede llevar a la conformidad y a la adopción de comportamientos de riesgo.
Las normas y expectativas sociales también juegan un papel importante en la formación de sus decisiones. La combinación de un cerebro en desarrollo y la influencia de factores emocionales y sociales pueden llevar a comportamientos impulsivos y a la toma de decisiones arriesgadas. Los adolescentes pueden subestimar los riesgos y sobreestimar las recompensas, lo que los hace más vulnerables a situaciones peligrosas.
Por último, la tecnología juega un papel cada vez más importante en la vida de los adolescentes. Las redes sociales, los videojuegos y otras formas de entretenimiento digital también pueden influir en su conducta y en sus decisiones.
En ese sentido, resulta evidente la necesidad de proveerlos de una educación adecuada y apoyo emocional para ayudarles a desarrollar habilidades de toma de decisiones más saludables y responsables. La educación sobre los riesgos y las consecuencias de sus acciones, junto con el fomento de un entorno de apoyo, puede guiar a los adolescentes hacia comportamientos más seguros.
Algunas estrategias que resultarían valiosas para promover el desarrollo de estas habilidades en la adolescencia, pueden incluir la generación de diálogos abiertos y honestos con estas personas para ayudarlas a sentirse comprendidas y apoyadas. Asimismo, educar sobre los riesgos asociados con ciertos comportamientos y las posibles consecuencias, ayudar a identificar modelos que demuestren comportamientos responsables y saludables. De igual modo, ofrecer soporte emocional y fomentar el desarrollo de habilidades para la toma de decisiones.
Para el logro de conductas más responsables, la familia y la comunidad juegan un papel vital en el apoyo a los adolescentes. Un entorno familiar estable y una comunidad solidaria pueden proporcionar el apoyo necesario para que ellos desarrollen estas habilidades a través de actividades comunitarias. El establecimiento de relaciones positivas permitirá fortalecer su sentido de pertenencia y responsabilidad.
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