Una sinfonía que transforma la vida

En Arequipa, ya son 1100 los alumnos que forman parte del proyecto social de Juan Diego Flórez

Sinfonía por el Perú, Núcleo Arequipa, cumplió dos años de trabajo en nuestra región. El director, los docentes y los alumnos comparten sus experiencias.

Gardenia Capa

Yaku Rodríguez Yucra tiene 12 años, vive en el distrito de Paucarpata, pero eso no es impedimento para que con mucha responsabilidad llegue a las clases de Sinfonía por el Perú, en Cerro Colorado, de lunes a viernes. Él quiere ser uno de los mejores contrabajistas de Arequipa, por eso se esfuerza y sacrifica horas en las que podría estar descansando o jugando, para seguir aprendiendo.

“Apenas termino mis clases escolares, tomo un carro que me trae hasta el colegio Juan Domingo Zamácola y Jáuregui. En el transcurso del viaje, que me toma como una hora, almuerzo, y llego a tiempo a Sinfonía por el Perú”, nos cuenta Yaku.

Yaku ingresó a este proyecto musical hace un año y sus profesores notaron rápidamente su progreso tanto musical como personal. Raúl Pimentel Meza, director de Sinfonía por el Perú, Núcleo Arequipa, está muy feliz de ver a Yaku más desenvuelto, comunicativo y disciplinado.

“Así como Yaku, que llegó a Sinfonía por el Perú como un niño tímido y desconfiado de sí mismo, muchos niños y niñas de nuestro núcleo han cambiado y mejorado en su desarrollo humano”, afirma Raúl.

Hoy, Yaku es uno de los 98 niños y adolescentes que conforman la Orquesta Infantil de Sinfonía por el Perú en Arequipa, es parte del elenco de cuerdas y ya sabe leer partituras. Además de dedicarse a la música, quiere ser un buen matemático cuando salga del colegio.

La mayoría de los instructores de Sinfonía por el Perú son integrantes de las orquestas más importantes de la ciudad, como la Sinfónica de Arequipa.
Después de pasar la etapa del coro, los participantes eligen un instrumento musical.

 

 

 

 

 

 

 

 

Personas íntegras para Arequipa

Sinfonía por el Perú es un programa social fundado por el reconocido tenor Juan Diego Flórez en beneficio de los niños y los adolescentes del Perú, de entre 5 y 15 años de edad, que viven en situación de riesgo.

Este programa es gratuito y busca que a través de la música los participantes aumenten su autoestima, tengan mejores oportunidades para alcanzar sus metas y se inserten en la sociedad de forma positiva.

El programa tiene ya más de seis años de existencia, pero fue solo en mayo del 2017 que se abrió en Arequipa. Y aunque el proyecto musical busca impactar en la vida de la población infantil más vulnerable socialmente y con escasos recursos económicos, las puertas de este espacio no se le cierran a nadie.

“Lo que buscamos en realidad es formar personas íntegras, que no necesariamente van a ser futuros músicos cuando salgan del programa, sino que tendrán mayores oportunidades para insertarse en la sociedad a través de su talento musical, sin importar su condición social o económica”, acota el director musical.

“La música tiene la capacidad de generar riqueza espiritual, allí donde hay pobreza material, y es capaz de transformar, empoderar y dar esperanza”. Juan Diego Flórez, director nacional de Sinfonía por el Perú.

A través de este programa, más de un millar de niños y jóvenes de Arequipa han evitado sumergirse en actividades negativas, como el pandillaje, el alcoholismo y otros vicios y adicciones propios de la adolescencia.

Manuel Yaulli Patiño, abuelo paterno de Enmanuel, representa a los cientos de padres de familia que pueden dar fe de ello. Su nieto ya lleva un año asistiendo a las clases de Sinfonía por el Perú y ha notado grandes cambios en su personalidad. “En la casa, nos hemos dado cuenta de que mi nieto es talentoso, por eso hemos decidido apoyarlo en esto antes de que esté en otras cosas, como en internet”, contó.

Enmanuel, de 10 años, está en la primera etapa del programa, que es el Kinder Musical, y por el momento solo lleva clases de coro. Todos los participantes pasan por estas clases, en las que además de aprender a cantar conocen el lenguaje musical. Luego, ellos mismos, con el respaldo de sus profesores, eligen un instrumento para tocar.

IMPORTANTE

– Sinfonía por el Perú tiene 20 núcleos en todo el país. El Núcleo Arequipa brinda clases en cinco colegios: Domingo Zamácola y Jáuregui (Cerro Colorado), Fe y Alegría (cono norte), Arequipa (cercado), Jorge Basadre Grohmann (José Luis Bustamante y Rivero) y en el albergue Casa Chapi (Chivay).

– Este proyecto social se sostiene gracias a la cooperación económica de diversas instituciones. Sinfonía por el Perú, Núcleo Arequipa, es patrocinado por la fundación Dubai Cares.

A través de la música, Yaku Rodríguez Yucra expresa lo mejor de sí.
Roal Carpio, Andrea Rosas y Alessandra Gutiérrez, los tres de 10 años, ya llevan más de un año tocando el clarinete.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Clases personalizadas

Diana Arce Martínez es una de los 26 instructores musicales que actualmente forman parte de Sinfonía por el Perú, Núcleo Arequipa. Ella ha estado allí desde el inicio y ha visto crecer este proyecto desde su primera convocatoria.

“Estos dos años han sido realmente una experiencia increíble. He visto cómo el proyecto ha ido evolucionando y cómo seguimos impactando en la vida de muchos niños y sus familias”, cuenta Diana.

Ella es profesora de canto y tiene a su cargo 50 niños del Coro Infantil del Núcleo Arequipa. Ella, además de enseñarles a cantar, les ayuda a ser mejores personas a través de la música.

Las clases de Diana son grupales, pero están también las clases personalizadas para los participantes que ya eligen un instrumento musical. En esta etapa, participan sobre todo los niños de 8 a 15 años de edad.

Uno de los instructores que enseñan de manera exclusiva es David Ruiz Llanos, contrabajista e integrante de la Orquesta Sinfónica de Arequipa. Su trabajo consiste en dar clases a uno o dos alumnos por hora, así los ayuda a mejorar en la técnica musical y a sentirse más seguros.

David es un profesor que muchas veces se sorprende de las historias de sus alumnos, como, por ejemplo, la de Paola Marín Capacoila, una niña de 11 años que viene a sus clases desde Tiabaya y ya ha sido parte de la Orquesta Infantil.

“Paola es una pequeñita a la cual admiro mucho. Sus ganas de seguir aprendiendo a tocar el contrabajo y perfeccionarse me motivan a ser cada vez un mejor profesor para ella, quien ha encontrado en este instrumento seguridad y confianza en sí misma”.

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