Es hora de hablar de moda sostenible

En el país, solo 75 organizaciones del sector textil forman parte de esta tendencia

Nelly Puertas está muy vinculada a las ventas online. Sus suéteres, cárdigan y vestidos de diferentes estilos son expuestos en tiendas virtuales.

En Arequipa, ya se desarrollan iniciativas que producen materiales, prendas y accesorios que no afectan el medio ambiente y son responsables socialmente.

Gardenia Capa

Antes de comprar un polo o un saco o un jean, ¿quién se ha preguntado si la prenda, además de quedarle bien, fue elaborada cuidando el medio ambiente o si las personas que la elaboraron fueron mujeres o niños explotados? Casi nadie, y me incluyo, pero es hora de cambiar de actitud.

En el 2015, un documental titulado The True Cost (el verdadero costo, en español) nos revelaba la respuesta a la pregunta del inicio: la industria textil es, actualmente, una de las tres más contaminantes del planeta por promover el consumismo y la moda rápida.

Los cambios de temporada que solemos ver en tiendas de ropa promueven el consumo constante de nuevas prendas de vestir que son hechas de forma rápida y a bajo costo, es decir, con mano de obra barata; muchas veces, explotando a personas en diversas partes del mundo y usando recursos materiales económicos y contaminantes.

Ante este problema, que poco a poco se hace más visible, surgen iniciativas, proyectos y asociaciones como la de Moda Sostenible del Perú, con una preocupación en común: la preservación de nuestro planeta.

Ornella Paz, cofundadora de esta organización, viene trabajando desde el 2015 con el propósito de que los peruanos consuman productos de moda que sean amigables con el medio ambiente y que respeten los derechos y la dignidad de las personas.

“Estamos trabajando e impulsando diversos proyectos que buscan la articulación y la exposición del sector de la moda sostenible a nivel nacional e internacional. Este año, desarrollamos el proyecto Ruta de la Moda Sostenible por cinco ciudades del Perú para identificar empresas y aliados en pro de la sostenibilidad”, comenta Ornella.

La primera ciudad que visitó esta asociación fue Arequipa. Hace más de un mes desarrollaron en la Cámara de Comercio de nuestra ciudad un evento denominado Fashion Café, en el que expusieron tres mujeres arequipeñas que ya trabajan en el sector textil de manera responsable.

EL DATO

La Asociación de Moda Sostenible del Perú ha lanzado una nueva convocatoria para el registro de marcas, empresas, diseñadores, escuelas de moda e instituciones del Estado que promueven o realizan prácticas con impacto social o ambiental. Las inscripciones son hasta agosto. Para información, ingresar a www.amsperu.org.

 

Innovación arequipeña

Una de las expositoras fue Virginia Málaga, una empresaria que trabaja en el sector textil desde hace más de 25 años. Su relación con esta industria comenzó en el valle del Colca. “Mi primera empresa fue de ropa hecha con bordados de artesanos de Chivay; mantuve este emprendimiento por algunos años, hasta que, gracias a un descubrimiento a base de la fibra de alpaca, mi visión acerca de la moda cambió”, nos contó Virginia.

Al saber que la fibra de alpaca era muy valorada internacionalmente, Virginia decidió hacer algo innovador. Tras varias pruebas que hizo en un taller artesanal, logró consolidar, a través de una fórmula especial, un tipo de ‘género textil’ a partir de fibras sueltas —sin que estas pasen por hilandería ni tejeduría— que puede ser usado de forma directa en la elaboración de prendas de vestir.

En el 2015, el proceso de este nuevo material fue tecnificado gracias al convenio que firmó con el Instituto de Energía y Medio Ambiente de la Universidad Católica San Pablo, institución que la ayudó a obtener la patente de este producto.

“Con la patente oficial de este material, lo que se viene es masificar el producto para que otras personas relacionadas con la industria textil lo utilicen y elaboren nuevas prendas de vestir, sabiendo que lo que están usando es un material natural y sostenible”, concluye Virginia.

 

Biocuero para el mundo

Le Qara es una innovación empresarial para la moda que fue presentada en el Fashion Café. Sus creadoras, tres jóvenes arequipeñas: Jacqueline Cruz, Isemar Cruz y María Pía Soto, al ver que en la industria del cuero no existían alternativas ecológicas, decidieron elaborar un biocuero ecoamigable y biodegradable hecho de microorganismos y sin dejar residuos contaminantes.

“El proceso para elaborar este biocuero es bastante simple y de bajo costo. Utilizamos microorganismos que se alimentan de residuos de frutas y plantas peruanas que se desarrollan mediante un proceso biotecnológico”, cuenta una de las innovadoras.

Este material cien por ciento biodegradable es adaptable, flexible y resistente, como el de la piel de vaca, que es usada para la confección de zapatos; además, se le puede cambiar la textura, el patrón y el grosor.

Recientemente, las fundadoras de Le Qara recibieron el Global Change Award, un premio compartido con otros cinco equipos. Los ganadores han recibido una subvención total de un millón de euros y el acceso a un programa de aceleración, gracias a la Fundación H&M.

Con este fondo, Jacqueline, Isemar y María Pía se preparan para que, de aquí a un año, la producción de su biocuero alcance el nivel industrial. Actualmente, tienen una cartera de clientes potenciales en varias partes del mundo que están solicitando ya el producto.

Alpacol

Nelly Puertas es otra de las arequipeñas que trabajan en sintonía con la moda sostenible. En el 2006, después de haber trabajado por años en el sector público, decidió abrir Alpacol, una empresa dedicada a la elaboración de prendas de alta calidad hechas con fibra de baby alpaca y a través de procesos ecoamigables.

Su interés por la moda la ha llevado por diversas partes del mundo, como Suiza, Holanda y Francia, países en donde se capacitó y se llenó de experiencias que le ayudaron a entender la sostenibilidad, el comercio justo y la conexión con la era digital.

“En Alpacol, desarrollamos nuestras propias telas de hilado de alpaca y los colores son naturales, no usamos tintes ni mezclamos acrílicos. Nuestros diseños son únicos y los precios son justos”, explica Nelly.

Con Alpacol, a Nelly se le han abierto muchas puertas e incluso ha recibido, el año pasado, un reconocimiento internacional en el evento global She Trades, impulsado por el Centro de Comercio Internacional en Liverpool, que destaca su liderazgo como emprendedora en la industria textil y su preocupación por la sostenibilidad en las empresas.

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