Christiaan Lecarnaqué
Carlos Enrique Vizcarra Salazar, conocido como Cae Vizcarra (Cae es una abreviación de Carlos Enrique), solía grabar vídeos como afición cuando estudiaba en la universidad y trabajaba como ingeniero industrial.
“Me compré mi primera cámara para hacer vídeos”, recordó. El primer equipo que adquirió fue una Canon 70D.
Hasta que un día le llegó una oportunidad inesperada, un buen amigo le propuso que se encargara de las fotografías de su matrimonio. Sin embargo, Carlos Enrique que sólo hacía vídeos en ese entonces, no creía que fuera el profesional idóneo para ese trabajo; el amigo asumió el riesgo, insistió y lo persuadió.
Hacer ese trabajo le gustó. Esa nueva experiencia terminó por colocarlo en el camino que en la actualidad viene construyendo. “Me gustó fotografiar el amor”, afirma con mucha seguridad.
El amigo quedó satisfecho con las fotografías y Carlos Enrique le halló el gusto a la fotografía de matrimonios.
Después de este trabajo hizo un sorteo por sus redes sociales ofreciendo retratar gratis a dos parejas, sesión previa a sus matrimonios.
La estrategia funcionó y esas imágenes le ayudaron a conseguir más clientes.
El estilo de Cae Vizcarra
Su trabajo busca reflejar las emociones de la pareja más que producir los habituales retratos artísticos posados.
“No soy mucho de hacerlos posar. Quiero que sean ellos y que estén lo más cómodos posible para documentar lo que está pasando. Que sea [algo] espontáneo”, indicó.
Para ello, primero conversa con la pareja buscando esa conexión y así lograr un trabajo impecable que guste a los clientes.
“No habrá imágenes si no hay comodidad entre las partes, quiero que se sientan cómodos conmigo, sino no fluye la sesión. Quiero que me tomen como una persona confiable o un amigo”, indicó.
Las imágenes colgadas en su cuenta de Instagram muestran la complicidad y alegría de las parejas. Esas fotos transmiten conexión y amor entre los novios.
Arte en las venas
Cae confiesa que siempre le gustó el arte, quizás por influencia de su padre, quien solía hacerlo pintar de pequeño.
Además de la fotografía, también gusta de la música. Tiene un instrumento cerca a su zona de trabajo para tocarlo mientras se da un break durante el proceso de edición fotográfica.
De esta manera, su vena artística terminó aflorando al egresar de la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Católica San Pablo (UCSP). Llegó a trabajar como ingeniero, pero el arte de la fotografía terminó pesando más desde 2019.
“Todo lo que he logrado en mi vida y en mi trabajo es gracias a Dios, a mi esposa y mi familia”, dijo.
En la actualidad, vive de la fotografía de bodas y una de sus metas es convertirse en fotógrafo de bodas de destino, es decir, retratar matrimonios en otros países. Por lo pronto, hace trabajos en Arequipa y Lima. “Quiero hacer una sesión de fotos en Islandia”, decretó.
EL DATO
Si están interesados en su trabajo, pueden llamar al: 974 786 928. Tiene cuenta en Instagram para que revisen sus fotos: https://www.instagram.com/caevizcarra/