No le des like: prostitución y proxenetismo en Facebook

Geraldine Canasas Gutiérrez

La llamaremos Luana por seguridad. Su caso da cuenta de una terrible realidad que pocas veces es denunciada por las víctimas de la prostitución.

A los 17 años era estudiante de administración. Con un anhelo de progreso y un padre enfermo, decide buscar trabajo y lo encuentra en un aviso de “Se necesita señoritas anfitrionas”. Lo lee e inicia la conversación con el captador quien le pide una foto y luego le sugiere un corte de cabello en un spa de un conocido suyo.

En el lugar se encuentra con un transexual que “la pone divina”, luego le dice que la llevará a citarse con su contacto para que le explique la modalidad del trabajo. Luana accede y empieza un calvario que tendrá como punto de llegada  un lejano barrio de la ciudad de Piura.

Es despojada de toda su documentación. No conoce la ciudad ni a nadie de allí. Le dan un cuarto y le dicen que hay que “pagar el derecho de piso”: mantendrá relaciones con el dueño del local. Posteriormente es entregada al mejor postor, por ser la novedad. La violan y producto de ello nace una niña, su hija, a quien no pudo ver crecer porque si dejaba el trabajo la mataban.

Drogada en contra de su voluntad decide lanzarse desde el segundo piso del burdel y corre a la comisaría más cercana a poner la denuncia. Allí lo cuenta todo. Menores de edad eran obligadas a tener relaciones con muchos hombres gente, entre ellos autoridades de la zona. La Policía interviene y logra que el ama de llaves de la casa de encuentros confiese la verdad, pero dos semanas después esta muere “accidentalmente” en las puertas del night club.

Cuatro años han pasado de todo este infierno. Luana vive escondida pero desea que los culpables sean castigados y que otras jóvenes como ella no se dejen engañar y caigan en este oscuro submundo llamado prostitución.

El infierno a un clic

En los últimos años las redes sociales han empezado a desplazar a los anuncios sexuales en periódicos.  La prostitución vía Facebook es más discreta.  Con esta red social la figura del “proxeneta” que obliga y encierra a jovencitas para prostituirlas ha cambiado.

“Hola, te escribo por el aviso de Facebook, el de trabajo por medio tiempo”. Le estamos enviando un mensaje a un contacto que encontramos en un grupo. Hemos creado un perfil falso. Él contesta rápidamente: “Busco amigas lindas para trabajar, pago de 200 a 600 soles por día”.

Según su perfil se llama Tomás Ari, es arequipeño y tiene 30 años. Su timeline está lleno de fotos extravagantes. En el diálogo que sostuvo con nosotros jamás escondió sus intenciones. “¿Debo tener relaciones sexuales con quien salga?”, le preguntamos. “Sí. Por día puedes ganar hasta 2 mil soles, todo depende del número de clientes que tengas”, respondió.

“Quiero chicas ambiciosas. No hay nada que temer: mis clientes son selectos. Todo es secreto y discreto. ¿No crees que el dinero es lo más importante?”, agrega para convencernos. En una segunda conversación, también por facebook, nos dice de forma muy directa cómo funciona el negocio: “Tú brindas el servicio simple, normal y el completo. El simple es sólo vaginal, el normal es vaginal y oral, y el completo es oral, vaginal, anal y lencería…y claro todos son con trato de pareja”.

Lenta operatividad

Encuentro dialogó con la doctora Cecilia Ampuero, Fiscal Provincial de Prevención del Delito, quien confirmó el modus operandi de estas redes. “Ahora las meretrices se asocian y atienden de esa manera. Se conocen por redes sociales”, señala, y luego explica que en su despacho ha recibido el caso de una menor de edad (13 años) que fue captada por un desconocido vía Facebook para tener encuentros íntimos con terceras personas.

Ampuero también confirma una penosa realidad: “La mayoría de personas piensa que la prostitución es solo de aquellos que no ostentan recursos económicos, pero no es así. El último caso que he tenido proviene de una familia clase media alta, padres profesionales, la menor cursa estudios en un buen colegio privado y sin embargo estas mafias la han captado y sometido a lo que ellos querían”.

Lo triste de la historia es que cuando la menor habla de quien la ha condenado a especializarse en todo tipo de actos que atentan contra su dignidad y moral, “se le ilumina el rostro, el cariño al que la maltrata es increíble.”

También indica que los anuncios vía web son tan sólo el primer filtro. “Estas redes están muy bien organizadas, las cabezas jamás harían eso, ellos pertenecen a ligas mayores de delincuencia y corrupción, nosotros realizamos incansables trabajos de inteligencia pero el trámite de allanamiento tarda mucho y a veces cuando intervenimos los captores ya han huido, hace poco nos pasó eso en Paucarpata”.

Impunidad

La Fiscalía maneja información de que los captores tienen arreglos con malos policías. El círculo de impunidad se cierra en el Poder Judicial, donde los pocos casos que han llegado a los tribunales demoran en resolverse. “El meretricio es como el narcotráfico dice Ampuero—, si entras ya no sales”. “La gente que capta no muestra datos reales, a veces son hombres con fotos de mujer”.

Muchos pueden ser los motivos que llevan a miles de jóvenes a tomar una fatal decisión. Los objetos materiales son efímeros y perecederos, satisfacen unas necesidades igualmente efímeras, lo imperecedero es la dignidad de la persona. Para conquistar la “libertad económica” de la que tanto hablan los captores, es necesario sobreponerse a las cosas materiales, no depender de ellas, no estar sometido a ella. Ser libre es algo más complejo, y si las condiciones sociales no lo permiten, es tiempo de levantar la voz y frenar este mundo que muchas veces imposibilita una vida digna y plena.

Fases de la captación 

El desenlace después de un tiempo puede ser:

Desde el año 2012 la unidad de Secuestros del Departamento de Investigación Criminal de la Policía (DEPINCRI) realiza arduos operativos para desmantelar estas redes de prostitución. Por año pueden ser hasta 79.

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