El glaciar Quelccaya se derrite: el gigante de hielo de Cusco podría extinguirse antes de 2060

El científico estadounidense Lonnie Thompson advirtió sobre el gran impacto que el deshielo significará para las comunidades cercanas y el sur de Perú. En Arequipa, el investigador presentó el documental Canary, en el que muestra cómo ha sido testigo del cambio climático.

El Quelccaya está por encima de los 5000 m.s.n.m. y desde 1985 ha perdido cerca del 42 % de su tamaño y el 61 % de su cobertura de nieve. (Foto: andeangreattreks.com)

Deysi Pari

El glaciar Quelccaya, el casquete de hielo tropical más extenso de la Tierra, se encuentra en una trayectoria de extinción con consecuencias masivas para la vida y la economía en el sur de Perú.

Localizado en la región Cusco, el Quelccaya es único por sus características y ha sido visitado desde 1974 por el glaciólogo estadounidense Lonnie Thompson.

El destacado científico y profesor de la Universidad de Ohio en Estados Unidos, estuvo en Arequipa, donde presentó Canary, un documental sobre sus expediciones –a lo largo de más de cuatro décadas– sobre el deshielo de los glaciares en el Perú y el mundo.

El documental se proyectó en el auditorio del Instituto del Sur, con el respaldo del Centro de las Artes de la Universidad Católica San Pablo.

Lo que para Thompson comenzó como un estudio sobre el comportamiento de los glaciares tropicales se transformó en un testimonio, en tiempo real, del cambio climático.

El científico relató a Encuentro que, inicialmente, su objetivo era entender cómo se “comportan” los glaciares tropicales en comparación con los glaciares polares. Sin embargo, al regresar a Cusco año tras año, comenzó a documentar el retroceso de los campos de hielo y la formación de lagos donde antes no existían.

Desde su primera visita hasta ahora, el coloso ha perdido alrededor del 50 % de su capa de hielo.

El deshielo acelerado

La tasa de retroceso de la superficie glacial se ha disparado a medida que las temperaturas globales continúan subiendo. El primer signo de alerta en las alturas se registró en 1991, cuando observó agua formada en la cima del Quelccaya.

La aceleración de esta desglaciación en los márgenes ya era evidente. De hecho, en 1992, el científico fue llamado a testificar ante el Senado de Estados Unidos, donde presentó la formación de agua como prueba irrefutable de que el cambio climático estaba sucediendo.

Debido a la topografía plana del Quelccaya, el científico predice una desaparición acelerada y completa del hielo, una vez que la capa de derretimiento alcance la cumbre. Aunque los modelos más generales pronostican su extinción para 2100, la estimación del científico es mucho más preocupante: el Quelccaya desaparecerá completamente entre los años 2050 y 2060.

Conexión vital: el agua amenazada

Los glaciares andinos son, literalmente, las “cabeceras de los ríos y arroyos”. Lonnie Thompson remarca que el agua del Quelccaya no es solo un recurso, es el sustento de la región. De ella dependen la comunidad de Phinaya, ubicada debajo del Quelccaya, y los alpaqueros. El agua resulta vital para la agricultura de la zona, dado que permite la irrigación de cultivos de papa y quinua, productos básicos para la alimentación.

Proporciona el suministro de agua para la energía hidroeléctrica y es esencial para el turismo y las nuevas industrias, como el embotellado de agua.

Si el glaciar desaparece, los recursos hídricos se agotarán y el impacto en la gente será muy grande.

Ingenio científico

El Quelccaya es un tesoro científico inigualable. Al ser plano y acumular entre 3 y 5 metros de nieve al año, las capas de hielo que se forman proporcionan el único registro climático tropical anual de hasta 1500 años atrás. En el hielo se conservan datos cruciales de temperatura y precipitación, así como evidencia de carbón negro, que registra la historia de incendios en la Amazonía peruana e incluso microbios, bacterias y virus atrapados en la atmósfera.

Para obtener estas valiosas muestras, también llamadas “testigos de hielo”, Lonnie Thompson enfrentó un desafío logístico, pues la altitud impedía el uso de aviones o helicópteros. La solución fue una hazaña de innovación: en 1983, construyó el “primer taladro de núcleos de hielo alimentado por energía solar”. Este equipo ligero y portátil, que fue transportado por caballos durante dos días, permitió perforar y recuperar el hielo, un avance determinante para el estudio de los glaciares tropicales.

En agosto, Lonnie Thompson estuvo en el Quelccaya. El científico continúa documentando los retrocesos del glaciar.

El documental Canary

Pese a esta evidencia, el científico admite que la falta de acción política ha sido “desalentadora”. Sin embargo, percibe un cambio: las amenazas y protestas que su equipo enfrentaba en el pasado por estudiar el cambio climático han cesado, porque la gente está viendo los cambios en su propio entorno a través de eventos extremos y la pérdida de vidas.

Para motivar un cambio de trayectoria global, el experto contó que en una conversación con su hija hace 10 años, le dijo que un testigo de hielo más, más investigaciones o “papers” no iban a cambiar la trayectoria del mundo, sino la necesidad de llegar a “cientos de miles, a millones de personas”. Este diálogo inspiró el documental Canary, una película sin fines comerciales, cuyo objetivo es unir a personas de diferentes culturas y religiones para resolver problemas que “nos impactan a todos”.

El mensaje es claro: la ciencia describe lo que ocurre sin influencia política, y es momento de que el mundo escuche antes de que el Quelccaya se convierta en una trágica metáfora. “El Quelccaya desaparecerá y esperamos que esto mande un mensaje al mundo”, refiere Thompson.

El Huascarán

Aunque glaciares más pequeños ya han desaparecido, el Huascarán, la montaña tropical más alta del mundo (6768 metros), resistirá más tiempo.

Thompson explicó que su hielo tiene una importancia histórica incalculable. Los núcleos extraídos en 2019 se remontan hasta 30 000 años, siendo el único registro climático tropical de la última era de hielo. Este hielo milenario es un “patrimonio de la humanidad”, ya que también contiene registros de gas metano provenientes de la Amazonía y ofrece una visión de 30 000 años de la historia de la selva.

Salir de la versión móvil