José Colque
El ‘día cero’ para la escasez y falta de agua en la ciudad de Arequipa, puede llegar en 10 o 15 años, según advierten algunos especialistas en gestión hídrica.
Este escenario ya se vive en zonas como Santa Ana, en el distrito de Mollebaya, el límite entre Mollebaya y Yarabamba, en el anexo Cari Cari en Mosopuquio y Andamayo, en Characato. Allí ya se carece de agua subterránea o potable proveniente de cuencas cercanas o de las lluvias, según explicó el docente de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica San Pablo, Benigno Sanz.
Este panorama, advierte el especialista, es peligroso a mediano y corto plazo debido a que puede replicarse en otros sectores de Arequipa, considerando que los proyectos de desarrollo pendientes y el crecimiento poblacional, son factores que implican un mayor abastecimiento de agua.
“Hay que tener una mejor gestión del recurso hídrico para atender la demanda de agua, porque ya no podemos producir agua. Tenemos cuatro represas en proyecto a largo plazo, pero no hay nada sólido para ello. Si con más de 1 millón 300 mil habitantes hay usos discontinuos de agua, ¿qué pasaría con los proyectos de desarrollo y el incremento de la población?”, reflexionó.
Sanz explicó que el uso del agua es indispensable no sólo para el consumo de la población, la agricultura, minería e hidroeléctricas, sino también para la manufactura. Incluso, señaló que el Perú, al tener el 1.9 % de disponibilidad hídrica a nivel mundial por el río Amazonas, debería ser “más propenso” a producir agua y, en el mejor de los casos, ofrecer el recurso como commodity (bien básico) a otros países para el desarrollo de su manufactura (fabricación de ropa, calzado, entre otros).
IMPORTANTE
El ‘día cero’ del agua está relacionado al cambio climático, escasez de agua, crecimiento poblacional, extracción de agua subterránea y mala gestión de recursos hídricos.
¿En qué sector se pierde el agua?
En Arequipa, el problema por el uso deficiente del agua se concentra en el ámbito agrícola y poblacional. Por ejemplo, en la dotación que hace Sedapar, existe un 30 % de pérdidas debido a las fugas por la antigüedad de las tuberías y el robo de agua por las conexiones ilegales, según explicó Johnny Castro, secretario técnico del Consejo de Recursos Hídricos de la Cuenca Quilca-Chili.
Además, entre los malos usos recurrentes de la población –que advierte la empresa prestadora del servicio– sin precisar porcentajes, están las labores de limpieza que se realizan con mangueras y el lavado de alimentos con el caño abierto, que muy bien podría realizarse con recipientes.
Por otro lado, respecto al uso agrícola, en el último reporte de las juntas de usuarios se dio a conocer que la eficiencia de los sistemas Chili Regulado, La Joya Antigua, La Joya Nueva, Chili Zonas no Reguladas, Río Yura y Valle de Vítor es del 40 %, en promedio; por lo que más del 50 % del uso hídrico en este sector no es el adecuado.
Por ello, tanto Benigno Sanz y Johnny Castro coinciden en que se debe implementar mejores sistemas de monitoreo para conocer a detalle si la pérdida del agua en el uso agrícola es en la captación, conducción o distribución del recurso ya que, a la fecha, las juntas de usuarios no reportan datos al respecto.
A diferencia de estos ámbitos, el uso eficiente del agua llega a 98 % en los sectores hidroeléctrico y minero, e incluso, en el caso de la minería este recurso se reutiliza.
EL DATO
Una persona en Arequipa consume 135 litros de agua por día, según reporte de Sedapar alcanzado al Consejo de Recursos Hídricos de Cuenca Quilca-Chili.
Alianza por el agua
El docente de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica San Pablo, Benigno Sanz, precisó que la vulnerabilidad hídrica no sólo se contrarresta sembrando queñua en las partes altas de Arequipa, construyendo represas pequeñas o zonas de filtración. La solución también pasa por la “asociatividad de las autoridades, sociedad civil y la academia”.
Detalló que desde enero último, impulsan la propuesta “Alianza por el agua” para determinar un diagnóstico a detalle sobre el recurso hídrico que tiene Arequipa, cómo se gestiona, si la dinámica es la más adecuada o falta implementar proyectos tecnológicos.
“Hay que tomar en cuenta el agua que estamos dejando para nuestros hijos, en un plazo de 10 a 15 años […]. Todas las acciones deben ir de la mano con la calidad hídrica”, enfatizó.
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