Deysi Pari
“La agricultura puede esperar, pero un proyecto minero no espera”, dijo el último martes el ministro de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Ángel Manero, durante el desarrollo de Perumin 37, en Arequipa.
El funcionario de la gestión de Dina Boluarte admitió que su ministerio tiene un cambio de lógica y pensamiento. “Estamos apoyando todos los proyectos mineros que nos llegan”, afirmó durante el Foro del Agua, actividad realizada dentro de la convención minera.
Ante los empresarios del sector minero, Manero señaló que, en “momentos de urgencia, de escasez, entre otorgar el agua a la agricultura o a la minería, se tendría que dar el agua a la actividad minera”.
La minería da más flujo de caja
Manero argumenta que la minería “le da más flujo de caja al país”, y con ese dinero se puede construir la infraestructura necesaria para proveer de agua al agro en un mediano plazo.
Por ello, reafirmó que la minería está en la lista de prioridades del Midagri para los derechos de agua.
Esta controversial declaración se dio luego de afirmar que al Perú le sobra el agua, pero que solo se tiene capacidad para almacenar el 3 % del recurso disponible en el país. El gran drama, admitió, es que el 95 % del agua se va a la cuenca del océano Atlántico.
“En el Perú, el agua la tenemos en exceso. El gran problema es que nunca hemos hecho las inversiones para almacenarla”, reiteró.
Declaraciones desafortunadas
Por su parte, Benigno Sanz, docente de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica San Pablo, lamentó las “declaraciones desafortunadas” del ministro de Desarrollo Agrario, Ángel Manero, para priorizar el uso de agua en la actividad minera en lugar de la agricultura.
Además, aclaró que el agua que acaba en la cuenca del Atlántico, “se produce en la selva del Amazonas y no solo en Perú”. En tanto que en las zonas cercanas al océano Pacífico hay mucho estrés hídrico. “El represamiento es una acción y la conducción otra”, refirió.
EL DATO
El titular del Midagri sostuvo que la única prioridad por encima del agua para la minería, es el agua para el consumo humano.
Proyectos de represas: dos para Tambo
Por otro lado, Ángel Manero indicó que su despacho está encaminando 25 proyectos de represamiento de agua que, a julio de 2026, deben estar marchando, algunos en ejecución y otros con contratos firmados.
La proyección es que se desembolsen 24 mil millones de dólares en proyectos de represas que se construirían en los siguientes 10 años.
Entre ellos se encuentran los proyectos del valle de Tambo, en la provincia de Islay, en Arequipa. Manero mencionó la represa del Bajo Tambo que la minera Southern Perú pretende ejecutar bajo la modalidad de obras por impuestos y el proyecto de la represa Yanapujio.
En relación a esta última, dijo que la convocatoria de la obra se retrasó porque estaba programada para julio, pero ahora el expediente estará listo en octubre y a fines de ese mes será lanzada la convocatoria a licitación. El próximo año iniciaría la ejecución. Según su análisis, si esa presa se construye, el agua va a dejar de ser un tema de discusión y “ya no habrá peleas” en el valle de Tambo.
Asimismo, declaró que proyectan que la represa del Bajo Tambo permita ampliar la frontera agrícola en 10 mil hectáreas, con la de Yanapujio se afianzará lo que ya existe.
“Antes de julio del próximo año, el contrato para la obra por impuestos [con Southern Perú] estará firmado”, señaló.
Quieren destrabar permisos para la minería
En línea con esta política de priorizar los proyectos mineros, Manero mencionó que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) entró en un proceso de reestructuración desde 2024.
En los últimos 12 meses destrabaron proyectos por 18 mil millones de dólares, y en lo que va de este año autorizaron proyectos que superan los 9 mil millones de dólares.
Manero también afirmó que, en los próximos tres meses, toda la cartera de permisos demorados para empresas mineras será identificada, a fin de no tener “ninguna deuda con el sector minero”.
Esta política se implementa a pesar de que la agricultura vive un “año histórico”, según sus palabras. Las agroexportaciones crecen un 20 % y los pequeños agricultores no han sufrido caídas de precios. Sin embargo, la estrategia es supeditar el presente del agro a la promesa de un futuro financiado por la minería.
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