Juan Pablo Olivares
La sostenibilidad económica que el país ha logrado, muy a pesar de la permanente crisis política, podría verse comprometida en los próximos años debido a la creciente inseguridad ciudadana y la corrupción presente en los diferentes niveles de gobierno.
El economista y profesor de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), Saki Bigio, explicó que este escenario podría materializarse si estos “fenómenos complejos” (violencia y corrupción) logran filtrarse en instituciones como el Banco Central de Reserva (BCR) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que aún mantienen su independencia, buena reputación y un sistema tecnocrático eficiente.
“El miedo es que la corrupción galopante y el crimen organizado creciente se filtren en el Estado y terminen paralizando al sector privado, que ha sido el motor para la sostenibilidad económica [del país]”, sostuvo durante su participación en el Congreso Anual 2025 de la Asociación Peruana de Economía, realizado recientemente en la Universidad Católica San Pablo (UCSP).
Recordemos que, aunque con altibajos, el crecimiento económico del país se ha mantenido durante las últimas tres décadas; en tanto que, en los últimos tres, años el crecimiento promedio bordeó el 3 %. Además, se tiene una inflación por debajo del 2 %, un déficit fiscal no mayor al 2 % del producto bruto interno (PBI) y una deuda pública de solo 34 % del PBI.
Microeconomía amenazada
Por su parte, Germán Chávez Contreras, economista y profesor principal de la UCSP, sostiene que la autonomía del BCR es un punto clave para que, por lo menos, la política monetaria –una de las grandes políticas macroeconómicas– se mantenga estable.
En ese sentido, destacó que el manejo técnico del BCR permite, por ejemplo, mantener la estabilidad monetaria como parte del objetivo de control de la inflación. Por ello, no solo se encarga de determinar cuánto dinero necesita emitir, sino también de definir cuál es el nivel de inflación más adecuado para la economía.
“Lo bueno es que todos los gobiernos han respetado ese planteamiento a lo largo de estos años”, añadió Chávez.
No obstante, advirtió que, si bien se tiene una macroeconomía controlada, el verdadero reto de la política peruana, en los próximos años, proviene del ámbito microeconómico, que está siendo amenazado por la violencia criminal y la corrupción.
“Antes teníamos la macrocorrupción y la macroviolencia, es decir, el más alto político o el más grande empresario era corrupto. Ahora, la corrupción y la violencia están en todos los niveles, han llegado a la base de la economía”, aseguró.
EL DATO
Las reservas internacionales netas (RIN) del Perú, alcanzan los 87 mil millones de dólares y permiten afrontar cualquier shock económico externo.
Minería informal, una amenaza latente
Por otro lado, tanto Saki Bigio como Germán Chávez coincidieron en que otra de las amenazas latentes –y quizás la más peligrosa para la sostenibilidad económica por la pérdida de ingresos fiscales que genera– es la minería informal, que crece año tras año, con un volumen de exportación anual que oscila entre los 10 mil y 12 mil millones de dólares. Según los especialistas, este dinero podría estar financiando a grupos políticos y candidatos que postularían en las próximas elecciones generales de 2026.
En esa línea, Germán Chávez consideró necesario fortalecer la minería formal que, a pesar de aportar solo el 16 % del PBI, concentra el 60 % del total de las exportaciones del Perú, por encima de la agroexportación y los textiles.
“La inversión privada es cuatro veces mayor que la inversión pública; es decir, mientras el 20 % de la inversión del país es pública, el 80 % es privada. Y, en comparación del año 2000, cuando se exportaban solo 7 mil millones de dólares al año, ahora se exportan más de 85 mil millones de dólares”, aseguró Chávez.
IMPORTANTE
La minería ilegal llega a exportar 12 mil millones de dólares en oro al año.
Estado débil y pérdida de la institucionalidad
A la corrupción, violencia y la minería informal –que ponen en jaque la sostenibilidad económica– también se suma la debilidad del Estado, que no logra hacer cumplir sus leyes ni recaudar impuestos, tampoco tiene la capacidad de proveer servicios públicos de calidad para la población. Además, hay que considerar la pérdida de institucionalidad.
Según Germán Chávez, hace más de 20 años que las diferentes instituciones del Estado no logran cumplir los objetivos para los cuales fueron creadas. “Por ejemplo, el Ministerio de Justicia no brinda justicia, todo lo contrario. La Policía Nacional no brinda seguridad, es más, sus integrantes están inmersos en las redes criminales”, lamentó.

¿Cómo recuperar la institucionalidad?
La recuperación de la institucionalidad parte de reconocer la importancia de las próximas elecciones generales, donde el voto de todos los peruanos por líderes políticos honestos y con capacidad será fundamental. Aunque la estabilidad económica se ha sostenido gracias a un manejo tecnocrático, las “grandes” decisiones del país son, en última instancia, políticas.
En esa perspectiva, Chávez Contreras afirmó que el Perú es un país viable y no un Estado fallido. “Cuenta con muchos recursos naturales y mayores posibilidades de crecimiento, pero para ello, la corrupción y la violencia deben resolverse ¡ya!”, finalizó.
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