Una devoción que supera el temor al COVID-19

Fieles madrugan para rezar en el templo de San Agustín, donde veneran al Cristo Moreno

Fotos: Heiner Aparicio Ojeda
Leyendas: Rolando Vilca Begazo

El 1 de octubre, desde las primeras horas del día, decenas de feligreses esperaron que el templo de San Agustín abriera sus puertas para ingresar a rezar al Señor de los Milagros.

 

Hombres y mujeres, adultos y jóvenes (todos protegidos) acudieron a rendir honores al Cristo Moreno en el primer día del mes morado.

 

Durante toda la mañana, la feligresía hizo cola con el distanciamiento social respectivo para acceder a la iglesia.

 

En el interior del templo, solo pueden permanecer por 5 minutos para orar y después se retiran por la puerta lateral que da a la calle Sucre.

 

Aunque en esta ocasión no habrá procesiones, igual estuvieron presentes las mujeres descalzas.

 

En la puerta de ingreso se procedía a la desinfección de manos y de calzado, además de la toma de temperatura, como medida de prevención.

 

Después del retiro de cada grupo de fieles del templo, se realizaba la desinfección de las bancas para evitar cualquier riesgo de contagio del coronavirus.

 

Muchos feligreses también acudieron a la confesión como señal de reconciliación.

 

Hoy la devoción crece más y fortalece a los creyentes para lidiar con la pandemia.

 

Las misas seguirán desarrollándose de manera virtual y serán compartidas a través de la fan page de la Hermandad del Señor de los Milagros y la Parroquia del Sagrario.

 

El horario de atención de la iglesia es de 8 a 12 horas. No se permite el ingreso de menores de 14 años, adultos mayores y madres gestantes.
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