Un ‘tour’ al valle del Colca

El paisaje, las expresiones artísticas y su gente, enriquecen este santuario natural

Fotos y textos: Heiner Aparicio Ojeda

Salimos de Arequipa y vimos al Misti desde otro ángulo (por el lado de la Reserva de Salinas y Aguada Blanca), también llamado Apu Anuqara en aymara o Apu San Francisco, denominado así por los españoles.

 

Bofedales y camélidos se observan durante el trayecto al valle. Estos forman parte de los atractivos turísticos que el viajero podrá conocer durante su visita a la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca.

 

Plaza de Achoma, bautizada así por el inca Mayta Capac, (achuma “bebida sin dulce”). Aquí los jóvenes esperan que se reactive la actividad turística.

 

El Wititi, danza popular del valle del Colca. Los danzantes muestran a los turistas el popular cortejo amoroso con vistosos trajes.

 

En el valle del Colca hay 26 iglesias, una de ellas es el templo de Santos Reyes, que es desde 1980 patrimonio cultural de la nación.

 

Pobladores del Colca, esperan recibir nuevamente a los turistas, ya que esta actividad económica es la principal de la zona.

 

El río Colca, cruza todo el imponente valle. Fue su caudal el que erosiono el terreno por muchos años para formar esta bella imagen.

 

El Mirador Cruz del cóndor, lugar donde la profundidad del valle alcanza los 1 200 metros, aquí se hace más estrecho el cañón.

 

Vuelo del cóndor. Ave de rapiña que planea por todo el valle, sale en las mañanas para buscar comida, alejándose kilómetros de su nido.

 

El vuelo del cóndor es el clímax de la visita al valle del Colca. Los visitantes esperan con ansias avizorar el vuelo del ave.

 

La pandemia afectó mucho el turismo en la zona. En su reinicio de actividades, toman las medidas para combatirlo fumigando cada instante los lugares visitados.

 

Pobladores del valle suelen caminar de pueblo en pueblo, como antes, para realizar sus actividades comerciales.
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