Los 100 días de cuarentena en Arequipa

La pandemia provocó varios cambios y muchos de ellos serán permanentes

Fotos: Heiner Aparicio Ojeda
Leyendas: Rolando Vilca Begazo

El personal de salud cumple una labor encomiable durante esta emergencia sanitaria. Cada día salvan muchas vidas y son poco reconocidos por esta vocación de servicio.

 

Los hospitales de la ciudad están al límite de su capacidad en la atención de pacientes COVID-19. ¡Todos debemos cuidarnos!, de lo contrario lo que vendrá será más doloroso.

 

La imagen más cruda es la que nos dejó el colapso de los servicios sanitarios de Arequipa. El pasado 16 de junio una veintena de pacientes pasaron la noche a la intemperie y conectados a un balón de oxígeno en el hospital Honorio Delgado Espinoza.

 

Aunque la Organización Mundial de Salud (OMS) no avala las desinfecciones de las calles por el poco efecto que tendrían, todos los municipios adoptaron esta labor para dar tranquilidad a los ciudadanos.

 

Muchas familias quedaron en la extrema necesidad por la crisis económica. Es momento de ser solidarios con las personas y ayudarlas de alguna forma.

 

Los niños son los más afectados por este confinamiento. Una alerta sanitaria que advierte el alto riesgo de transmisión del coronavirus en Arequipa, recomienda que no salgan a las calles.

 

Las bicicletas se han convertido en la única forma de transporte seguro para no estar expuesto al contagio del virus importado de China.

 

El personal policial siempre está expuesto al contagio por la labor que desarrollan. En la escena, una larga fila de efectivos aguarda para pasar la prueba rápida.

 

El éxodo masivo de miles de peruanos que regresaron, incluso a pie a sus lugares de origen, fue otra de las escenas dolorosas que nos dejó la pandemia del COVID-19.

 

Embolsados. Así acaban ahora los fallecidos por coronavirus para evitar que la enfermedad se propague. Esta imagen debería servir de escarnio a muchos que no le dan importancia a esta enfermedad.

 

La grave crisis económica obligó a centenares de comerciantes de la plataforma de Andrés Avelino Cáceres —cerrada desde el 4 de mayo— a exigir la reapertura de los mercados de este sector para volver a trabajar.

 

La creatividad de los comerciantes se impuso a las restricciones. Ahora todos los negocios giran en torno a la nueva normalidad creada por esta pandemia.

 

Las pruebas rápidas se pusieron de ‘moda’. Aunque sus resultados no son confiables, esta es la única forma de decir si estamos o no contagiados por el temible COVID-19.

 

Las clases a distancia surgieron como una alternativa para el desarrollo de las labores escolares. Pero hasta ahora hay miles de alumnos que no fueron contactados por sus profesores.

 

Pese a las restricciones dispuestas por el Gobierno nacional, un sector de la población nunca cumplió con estas medidas y ahora, estamos pagando las consecuencias de esa irresponsabilidad.

 

Millones de personas perdieron su empleo en el país y otras miles pasaron a la condición de pobreza porque no tienen forma de reinsertarse en la economía.

 

En medio de la cuarentena por la pandemia también ocurrieron protestas y la policía no tuvo reparos en repeler de manera enérgica a quienes reclamaban que se reabran los mercados y centros comerciales.

 

Los trabajadores municipales también se sumaron a ese primer frente contra la pandemia. Por ejemplo en Andrés Avelino Cáceres, salieron a desinfectar las calles para evitar que el público concurrente se infecte de coronavirus.

 

Decenas de ciudadanos también fueron intervenidos y multados por no cumplir con las medidas restrictivas, pero aún así, muchas personas salen a las calles sin razón alguna.

 

El alcohol se convirtió en el ‘agua bendita’ para protegernos de este nuevo mal.
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