Varias calles del centro histórico de Arequipa y sus alrededores están saturadas de cables que contaminan visualmente la ciudad. Muchos de estos tendidos aéreos representan un peligro para peatones y vehículos. El municipio provincial debería impulsar el cableado subterráneo en esta zona, reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Las calles que rodean el centro histórico de Arequipa están cubiertas de redes aéreas que semejan enormes telarañas.Los cables cruzan de poste a poste y se conectan con fachadas de viviendas y locales comerciales.En calles como Octavio Muñoz Nájar, los transeúntes caminan sin percibir el enmarañado de cables sobre sus cabezas.Los postes soportan una gran cantidad de líneas, ya sea de operadores de telefonía, internet, televisión por cable, además de redes eléctricas.Los transformadores, medidores y líneas de media tensión en la avenida Jorge Chávez forman un verdadero laberinto aéreo.Este es el caótico panorama visual generado por la acumulación de cables en la calle Octavio Muñoz Nájar.Diferentes empresas de comunicaciones instalan sus líneas, alterando el paisaje visible de quienes viven en un segundo o tercer piso.El centro histórico de Arequipa, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, debería contar con un cableado subterráneo.Las telarañas de cobre se extienden a calles como Paucarpata, donde la contaminación visual alcanza niveles caóticos.En muchos casos, el enmarañado de cables es originado por líneas en desuso que nunca fueron retiradas.Estos tendidos aéreos desordenados se convierten en un peligro para los peatones y vehículos.
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