¡Esta realidad debe cambiar!

Esta es la ruta del contagio del coronavirus en Arequipa. De las calles llega a la casa y te conduce al hospital o acaba con tu vida en tu propia casa

Fotos: Heiner Aparicio Ojeda
Leyendas: Rolando Vilca Begazo

Cientos de ambulantes, sin control alguno, en el centro de la ciudad y en los alrededores de mercados distritales transmiten el coronavirus sin saberlo.

 

La crisis económica que golpea a muchas familias en Arequipa es real. No se puede negar. Pero esto no es sinónimo de “exponer la vida” para ganarse el pan de cada día.

 

Aun el comercio ambulatorio puede respetar los protocolos sanitarios y algunos sí lo hacen, pero son los menos. La mayoría cree que el uso de una mascarilla para taparse la boca los vuelve inmunes al COVID-19.

 

Aquí no hay distanciamiento social, agua y jabón para lavarse las manos ni alcohol para desinfectarse. Todos se exponen de manera irresponsable para comprar y vender lo que necesitan.

 

Varios de estos comerciantes tienes sus tiendas en las cercanías del mercado San Camilo y al no tener autorización para operar salen a las calles con su mercadería, sin respetar ningún protocolo sanitario.

 

Los efectivos de la Policía Nacional ya no los interviene solo personal de serenazgo en algunos momentos del día pasan por la zona para dispersarlos, pero después vuelven a lo mismo.

 

Los hospitales están colapsados. En el Honorio Delgado, llegan hasta 80 personas por día en busca de atención médica y si tienen suerte terminan conectados a un balón de oxígeno a la intemperie.

 

Aquí varias personas fallecieron a la espera de ser atendidos ante la falta de camas uci y de personal médico. Solo el afecto de sus familiares compensa el inclemente frío que soportan.

 

De estar con 50 a 100 casos de contagios por día en mayo, ahora llegamos a más de 800 en un solo 24 horas. ¿Todos somos culpables de esta cifra?

 

Hay casos de adultos mayores que a pesar de no salir de sus casas acabaron infectados y perdieron la vida, porque algún familiar que sí transitó por las calles y no cumplió con medidas de seguridad, lo contagió.

 

El equipo de recojo humanitario de cadáveres levanta hasta siete cuerpos por día de casos sospechosos de COVID-19, que fallecieron en sus casas.

 

¡Esta realidad duele! Y duele más, porque golpea a los más pobres y humildes, que no tienen la información real sobre la gravedad de esta pandemia.
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