El esplendor colonial de La Cabezona

Un tambo lleno de historia y remembranzas que resiste al paso del tiempo

Fotos y leyendas: Heiner Aparicio Ojeda

 

Fue en 2006, cuando la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), apoyó la rehabilitación del lugar y permitió recuperar su antigua imagen colonial.

 

El tambo La Cabezona, un barrio colonial creado aproximadamente en el siglo XVI.

 

Cruces labradas en las paredes de algunas habitaciones del tambo, demuestran el legado de la fe católica.

 

Los pocos huéspedes de la casona aún le dan una vida de vecindad a los patios.

 

Portales dominan los callejones que conducen a un laberinto lleno de historia.

 

Aquí el ruido de las avenidas exteriores se extingue y surgen postales cotidianas que nos trasladan hacia el pasado.

 

Este barrio histórico, guarda secretos, como un probable túnel que ahora está bloqueado.

 

Este personaje nos recordó, que las longevas puertas de madera son protegidas del tiempo con petróleo.

 

El tambo tiene un área de 2 700 metros cuadrados, cuenta con dos patios y pequeñas habitaciones, que con el paso de los años quedan abandonadas.

 

En el pasado, los tambos Ruelas, Matadero, Bronce y La Cabezona, eran lugares de cobijo para los arrieros y viajeros que llegaban a la ciudad.

 

El nombre de La Cabezona, surgió por el apodo de Manuela Bellido, una de las propietarias de esta hacienda habitacional en el siglo XIX.

 

Una anciana leyendo su periódico en el segundo patio. El tambo la Cabezona es un pedazo de historia que persiste el paso del tiempo.

 

En el exterior del tambo (por el puente Bolognesi), se instalaron varias talabarterías que hasta hoy, siguen funcionando.
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