Los comuneros inician el chaccu (vocablo en quechua que significa arrear o juntar vicuñas) con motos para llevarlas hacia la zona donde serán esquiladas.Kilómetros de sogas con plásticos de colores se preparan para evitar el escape de los camélidos.La comunidad campesina de Tambo Cañahuas, que pertenece al distrito de Yanahuara en Arequipa, trabaja de forma sincronizada para reunir la mayor cantidad de vicuñas.Los camélidos sudamericanos poco a poco son encerrados por los banderines de colores y al final serán conducidos a un corral.A pesar de ser muy veloces las vicuñas, los comuneros se las ingenian para poder atraparlas.Varias organizaciones y algunos turistas llegaron para apoyar con el arriado de los animales. Aquí una vicuña temerosa ante los espectadores.Según los guardaparques de la reserva Salinas y Aguada Blanca, cada año aumenta en un 10 % el número de vicuñas en la zona.Como es costumbre, antes del chaccu, los comuneros realizan el pago a la tierra.Antes de la esquila unieron una vicuña hembra con un macho, en un ritual que para ellos significa garantizar la conservación de esta especie oriunda del Perú.Hay un lema que se maneja en el Tambo Cañahuas: “Una vicuña esquilada, es una vicuña salvada”, así evitan a los cazadores furtivos, que matan a estos animales para extraerles la piel.Antes la comunidad sólo vendía la lana recién esquilada, pero este año se encargarán de procesarla para obtener un mejor precio.La fibra de vicuña pasa por las manos de las comuneras para extraer las impurezas.Hace algunos años, las vicuñas estuvieron a punto de desaparecer en esta zona, pero gracias al cuidado de la comunidad se sostiene su reproducción.Sólo se trasquila a las vicuñas adultas y una vez cada dos años. Las crías o aquellas que están débiles o enfermas, no son tomadas en cuenta.
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