Entre oraciones, cánticos, bailes y altares, miles de cusqueños rindieron homenaje a sus seres queridos, manteniendo viva una de las costumbres más arraigadas del Perú.
Miles de familias acudieron al cementerio de Huancaro para visitar y recordar a sus difuntos.Varios grupos de músicos recibieron a los visitantes en el camposanto más grande de la Ciudad Imperial.Una familia llega al cementerio de Huancaro para sepultar a su ser querido. Entre danzas y música lo trasladan al terraplén donde será enterrado.Los visitantes dedican gran parte de su tiempo a arreglar los nichos, decorándolos con objetos simbólicos.Desde las primeras horas de la mañana, con el calor de la temporada en el ande, los deudos acompañan a sus muertos hasta el final del día.Una parte importante de la jornada consiste en la preparación de un altar con los alimentos y bebidas que el difunto apreciaba, así como con los panes especiales característicos de la fecha.Un familiar pinta la cruz de su ser querido. En los terraplenes hay diferentes tipos de tumbas y arreglos que muestran a Huancaro como un camposanto popular.No faltan las bandas de música que –por cinco soles– tocan diversas melodías que le gustaban al finado o que los parientes les dedican.A lo largo de la jornada, sacerdotes llegan al cementerio y ofrecen sermones y misas breves para los presentes.El pan guagua, o su complemento el pan caballo, son dulces que se preparan especialmente para esta fecha y se ofrecen a los finados.El cementerio Almudena, en el distrito de Santiago, también recibió a las familias que buscaron rendir tributo a sus fieles difuntos.El Almudena es el cementerio más antiguo del Cusco. Fue construido en 1850 por orden del beato Miguel Medina, ante la situación de insalubridad que vivía la ciudad en aquella época.En el Almudena suelen encontrarse nichos familiares, acompañados de esculturas y diversas figuras de mármol.A diferencia del cementerio de Huancaro, en el Almudena los pabellones son muy reducidos y las visitas son más breves.Una de las particularidades del Almudena es que cuenta con un pabellón de figuras emblemáticas de las artes y el pensamiento cusqueño. Este es el nicho de la escritora Clorinda Matto de Turner.Aquí también reposan los restos del reconocido fotógrafo Martín Chambi.A la salida del cementerio se aprecian los regalos, entre ellos bebidas y panes que se dejan en el atrio, así como mensajes de los visitantes.
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