Deysi Pari
El precio del cacao, materia prima del chocolate, alcanzó niveles históricos en los mercados internacionales. Superó los US$ 9400 por tonelada y, en su punto más alto, llegó a los US$ 11 800 por tonelada en marzo de 2024.
Esta bonanza sin precedentes representa una oportunidad para los productores peruanos, sobre todo para los de la región Cusco. Entre las mayores fortalezas de este departamento destaca el cacao chuncho, variedad originaria del valle de La Convención, considerada una de las más finas del planeta por su genética ancestral, alto contenido de manteca y su aroma excepcional.
“Cuando está bien fermentado tiene un valor mayor, pero el volumen de compra no es de un contenedor. Piden entre 500 a 1000 kilos”, comenta Orlando Montero, miembro de la Asociación de Productores Ecológicos de Villa Virgen de la provincia de La Convención, Cuzco.
No obstante, el cacao en general atraviesa una época de precios altos. Orlando Montero explica que, en el mercado local, el kilo de cacao fermentado se vendía a S/ 10 y S/ 11 soles hace dos años; mientras que en junio pasado alcanzó hasta S/ 40 por kilo.
Actualmente se mantiene entre S/ 25 y S/ 30, con precios diferenciados según la calidad del fermentado, la pureza genética y el destino comercial. La pasta de chocolate al 70 % de cacao, por ejemplo, también duplicó su precio. En Lima, una tableta de 45 gramos llegó a venderse hasta por S/ 13.
Déficit mundial y oportunidades para el Perú
El auge de los precios no es casual. José Mejía, presidente del Comité de Café y Cacao de la Asociación de Exportadores (ADEX), remarcó en una exposición que el mercado global enfrenta un déficit de 478 000 toneladas.
Las razones se deben a que los países líderes en la producción de cacao, como Costa de Marfil y Ghana, enfrentan problemas por plantaciones envejecidas, enfermedades y la minería ilegal. Todo ello golpeó duramente su producción. Mientras tanto, la demanda de cacao crece: el mundo consume alrededor de 13 500 toneladas diarias, según reportó Mejía.
Por ello, el precio se elevó considerablemente ante el déficit, y los productores locales –como los cusqueños– experimentan un escenario favorable.
Orlando Montero explicó a Encuentro que en la zona de La Convención –que forma parte del VRAEM– se cultiva un buen porcentaje de cacao criollo y cacao de la variedad CCN, introducido desde Ecuador en la década del noventa. La producción alcanza su punto máximo entre junio y julio, luego comienza a descender hasta diciembre.
Los precios variaron considerablemente desde 2024. Montero cuenta que cuando el precio internacional por tonelada alcanzó más de 11 mil dólares, el precio en el mercado local superó los S/ 40 por kilo. Ahora, los precios ya han descendido y están entre S/ 25 y S/ 30. Se estima que esta situación se mantendrá por dos a tres años más.
Perú, como octavo productor mundial, registró una producción de 180 000 toneladas en 2024, muy cerca de Brasil (190 000). Cuenta con 120 000 familias dedicadas al cultivo, distribuidas en 16 regiones y más de 230 000 hectáreas de siembra. Además, 21.3 % de los productores son mujeres, un dato relevante en la cadena de valor rural.
Según la Cámara de Comercio de Cusco, en 2024 disminuyó su producción en relación con el periodo de enero a julio de 2023. Cusco aporta alrededor del 4 % de la producción nacional.
EL DATO
En 2024, Perú produjo 180 000 toneladas de cacao. Su exportación alcanzó las 101 419 toneladas en forma de grano.
El cacao orgánico pierde terreno
Perú ha perdido liderazgo en el cultivo de cacao orgánico. Hace una década, era el segundo productor mundial; hoy, solo el 12.6 % del cacao peruano es orgánico, señala José Mejía. Las exigencias regulatorias y certificaciones más estrictas han reducido la participación de pequeños agricultores.
El modelo actual exige que los productores orgánicos estén legalmente constituidos y no mezclen su producto con cacao convencional, lo que supone un reto económico y logístico. No obstante, Montero señala que vale la pena cultivar el cacao orgánico, ya que pueden pagar entre US$ 300 a US$ 600 adicionales por tonelada.

Incertidumbre y desafíos estructurales
Aunque el panorama actual es prometedor, el mercado podría normalizarse en 2026, una vez que las nuevas plantaciones en África y América entren en producción. Expertos advierten que la bonanza podría durar solo un año más, y que ahora es vital invertir en infraestructura, vías de comunicación y asistencia técnica.
Además, la declaratoria de estado de emergencia en algunas zonas cacaoteras, como el VRAEM, ha desincentivado a compradores internacionales, generando desconfianza pese a que “la situación en campo es tranquila”, según afirman los productores.
Discusión sobre el post