Siria: una guerra en la que todo es posible pero nada es verificable

La guerra en Siria ya lleva siete años, con el trágico saldo de más de 400 000 civiles muertos.

Renato Sumaria Del Campo

Por el momento, no es posible saber quién está detrás del ataque con gases tóxicos ocurrido el pasado 7 de abril en Duma, en la periferia de Damasco (Siria). El último intento por dilucidar el episodio —que dejó al menos cien muertos y provocó la reacción armada de Estados Unidos— ocurrió cuando un equipo de seguridad de las Naciones Unidas fue atacado a tiros, días antes del inicio de las investigaciones.

Mientras tanto, como dice una nota periodística de la plataforma SOS – Cristianos en Siria, esta sigue siendo una guerra “donde todo es posible pero nada es verificable”. Empezando porque luego del ataque del 7 de abril la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Heather Nauert, señaló a Rusia —aliado de Siria— como “responsable en última instancia de estos brutales ataques”.

Desde Moscú no tardó la respuesta al que calificaron como “un intento de generar falsas conjeturas”.  “El objetivo […] es proteger a los terroristas y a la oposición radical que rechaza un arreglo político y, al mismo tiempo, intentar justificar posibles ataques militares desde el exterior”, señaló la Cancillería rusa en un comunicado.

A esto le siguió la ‘ira’ de Donald Trump, quien el 14 de abril ordenó un ataque armado contra Damasco, en coordinación con Francia y Reino Unido. Los representantes de los países involucrados aportaron con amenazas bélicas entre ellos en la sesión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mientras Moscú y Berlín apresuraban la posibilidad de un acuerdo político para recobrar la paz.

¿Qué pasa?

“Quienes deseen conocer la verdad de lo que en Siria acaba de ocurrir deben informarse a través de los cristianos sirios, que sufren una guerra alimentada por Occidente desde hace siete años”, ha dicho el escritor español Juan Manuel de Prada, en una columna periodística difundida por varios medios internacionales.

Y es que en las últimas semanas han sido varios los cristianos que han dado cuenta del total desinterés de los líderes mundiales por resolver el conflicto en este país. En una declaración conjunta, el patriarca ortodoxo griego de Antioquía y todo el oriente, Juan X; el patriarca ortodoxo sirio de Antioquía y todo el oriente, Ignacio Aphrem II; y el patriarca greco melquita católico de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, José Absi, han condenado el ataque que “viola las leyes internacionales y la Carta de la ONU, señalando que se trata de ‘un asalto injustificado’ de parte de países poderosos a los que Siria no causó ningún daño de ninguna manera”.

Han advertido además que el bombardeo “socava el trabajo de la Comisión Internacional Independiente de Investigación que debía aclarar el hecho ocurrido en la ciudad siria de Duma”. “Esta brutal agresión […] alienta a las organizaciones terroristas y les da impulso para continuar en su terrorismo”, sentenciaron.

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