Seguridad ciudadana: una tarea pendiente en Arequipa

El 92.7 % de las personas cree que será víctima de actos delictivos

Arequipa está entre los cinco primeros departamentos en denuncias por delitos, violencia familiar y accidentes de tránsito.

Especialista en seguridad afirma que las autoridades no tienen políticas efectivas contra la delincuencia.

Kelly Castillo

Hace unos días, se registró un robo a mano armada en el que delincuentes con pasamontañas interceptaron a un cambista que iba a bordo de un automóvil por Vallecito, en el cercado de la ciudad. Los malhechores lo amenazaron con armas de fuego y le robaron 45 000 dólares, que había retirado minutos antes de una agencia bancaria.

El hecho ocurrió a plena luz del día (11:40 horas) y conmocionó no solo a los vecinos de la zona, sino también a muchos arequipeños que lograron ver el ardid de los bandidos gracias a un video que un desconocido grabó. Las imágenes impactantes se difundieron incluso a través de los medios nacionales.

Este asalto no es un hecho aislado, ya que según la Policía Nacional del Perú (PNP) han ocurrido al menos tres actos similares en lo que va del año, pero sí despierta la alarma acerca de la inseguridad ciudadana que vive Arequipa, la segunda ciudad más importante del país, que está a punto de celebrar su 479 aniversario de fundación.

Arequipa, además, es una de las ciudades con un índice alto de percepción de inseguridad. Según el último Boletín de Estadísticas de Seguridad Ciudadana, de abril del 2019, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 92.7 % de la población cree que será víctima de algún hecho delictivo. Esta percepción es incluso más alta que el promedio del país (86.1 %).

Sin embargo, no coincide necesariamente con el índice de victimización (víctimas de un hecho delictivo), que es 26 % en la Ciudad Blanca.

La municipalidad provincial realizó 15 intervenciones en locales nocturnos en los primeros seis meses del año.

Las 5 denuncias más frecuentes

De acuerdo con el Boletín Estadístico Policial I Trimestre 2019, Arequipa está entre los cinco departamentos con mayor incidencia de denuncias por presunta comisión de delitos. Primero está Lima (42 496 casos), luego Lambayeque (6657), La Libertad (6055), Arequipa (5666) y Piura (5501).

Los tipos de delitos denunciados son contra el patrimonio (hurto, robo, estafa, etc.); la seguridad pública (tenencia ilegal de armas); la vida, el cuerpo y la salud; y la libertad, entre otros.

Asimismo, Arequipa se ubica en el segundo lugar con mayor incidencia de denuncias por presunta comisión de delitos leves  (2187 casos), después de Lima (9911). Y está por encima del Callao (1250), Cusco (926) y Lambayeque (795).

En el caso de violencia familiar, Arequipa es la segunda ciudad donde se ha presentado un mayor número de casos, 5636. El primer lugar lo ocupa Lima, con 27 864 casos.

En denuncias por accidentes de tránsito, Arequipa ocupa el tercer lugar (1321 casos), después de Lima (14 935) y La Libertad (1659). Los siniestros más frecuentes son los choques, los atropellos y los despistes de vehículos.

Estas estadísticas son solo las que se registran en el Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol), porque muchas personas no denuncian por una razón práctica de costo- beneficio.

La percepción de inseguridad llega al 92.7 %, la mayoría de la población cree que será víctima de algún hecho delictivo.

Fragmentación y desconfianza

Para Yonathan Gonzales Tito, investigador en temas de seguridad ciudadana y docente de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), la situación de delincuencia e inseguridad que se vive en Arequipa guarda relación con cuatro factores.

El primero, que los municipios no tienen una idea clara de qué acciones y qué funciones les corresponden y terminan asumiendo competencias de la PNP o actúan como una extensión que cubre las necesidades de esta institución.

En segundo lugar, el bajo presupuesto de los gobiernos locales es un limitante para mejorar la seguridad ciudadana.

En tercer lugar, la policía no confía plenamente en las juntas vecinales como apoyo para mejorar la seguridad. Y, cuarto, la propia población no confía en sí misma ni en las instituciones, y a ello se suma la indiferencia que muestra ante los actos delictivos.

“En las municipalidades, hay políticas poco efectivas para combatir la inseguridad ciudadana. La mayoría apuesta por la compra de cámaras de video cuando no se ha demostrado una relación entre un mayor número de cámaras y un menor índice delictivo; por ejemplo, en el Callao, el índice no ha disminuido y tiene cámaras en cada cuadra”, explica.

El sociólogo refiere que el perfil del delincuente en el Perú es diferente al de aquel en otros países: al ver una cámara, “se envalentona”.

“En las municipalidades, hay políticas poco efectivas para combatir la inseguridad ciudadana. La mayoría apuesta por la compra de cámaras de video cuando no se ha demostrado una relación entre un mayor número de cámaras y un menor índice delictivo”. Yonathan Gonzales, investigador en temas de seguridad ciudadana.

Afirma que la inseguridad es un problema estructural de fragmentación de la sociedad y de desconfianza de la población de sus instituciones. Por eso considera que las autoridades municipales, que tienen como tarea la prevención, deben incluir en sus planes la recuperación de espacios públicos para generar confianza e integración entre la gente.

“En Bogotá [Colombia], por ejemplo, los parques tienen bibliotecas, hay psicólogos y son espacios de generación de confianza donde acuden las familias. Una camioneta inteligente aquí cuesta entre 35 000 y 40 000 dólares, mientras que apostar por estos espacios de integración tiene un costo mínimo”, refirió.

La policía, cuya función es la pacificación y el control de la delincuencia, también tiene deficiencias. El número de habitantes rebasa la capacidad de los agentes. Se estima que debe haber un policía por cada 250 habitantes, pero en la región Arequipa hay apenas 5000 efectivos del orden para más de 1.3 millones de habitantes.

Gonzales Tito refiere que el número es reducido y que, asimismo, las Oficinas de Participación Ciudadana no hacen un trabajo eficiente. “En la mayoría, trabajan agentes jóvenes que no tienen experiencia para coordinar con las juntas vecinales. Además, falta capacitación”, concluyó.

Más de la mitad de las cámaras de videovigilancia de la municipalidad provincial no funciona.

Seguridad en el cercado

En el cercado de Arequipa, la inseguridad ciudadana también es un problema. En una reciente presentación de los avances de la gestión, el alcalde provincial, Omar Candia, informó como un logro la implementación del Observatorio de Seguridad Ciudadana, que recoge información en tiempo real de hechos delictivos, intervenciones, disuasiones y otros, ocurridos en el centro de la ciudad. “Tenemos información fresca para tomar decisiones”, dijo.

Asimismo, destacó las 15 intervenciones a locales nocturnos, la sensibilización para prevenir la violencia familiar y la recuperación de dos espacios públicos en dos distritos.

Sin embargo, aunque no lo mencionó, persiste la falta de personal de seguridad ciudadana (212 agentes en tres turnos, pero no todos hacen patrullaje) y de equipamientos (más de la mitad de las cámaras de videovigilancia están malogradas).

Según José Pérez, gerente del área, se hacen todos los esfuerzos con la policía y las juntas comunales para reducir la inseguridad. También indicó que como prioridad tienen la renovación de las cámaras, para lo cual ya realizaron un diagnóstico de su estado, y que se convocará a un nuevo proceso de selección de personal.

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