Minedu introduce algunos cambios en el polémico Currículo Nacional

Las modificaciones al Currículo no parecen tener la fuerza como para cerrar la polémica agudizada con la llegada de Martens al Minedu.

Renato Sumaria Del Campo
Geraldine Canasas Gutiérrez

El Ministerio de Educación (Minedu) ha realizado algunos cambios en el polémico Currículo Nacional de Educación Básica que entraría en vigencia a partir de este año. Las modificaciones fueron incluidas en la Resolución Ministerial N° 159–2017 publicada en el diario oficial El Peruano del jueves 9 de marzo. Lo más notorio tiene que ver con alguna terminología utilizada vinculada a la llamada ideología de género.

Así pues, al explicar la “igualdad de género”, donde antes decía “todas las personas, independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente”; ahora dice: “Todas las personas tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente. La igualdad de género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones”.

Mediante un comunicado, el Minedu precisó además el fondo de lo que entiende en la competencia “Construye su identidad”. Allí, donde figuraba el concepto “Vive su sexualidad de manera plena y responsable”, ahora se señala lo siguiente: “Vive su sexualidad de manera integral y responsable de acuerdo a su etapa de desarrollo y madurez”.

Entre las modificaciones también figura un glosario de términos, en donde se explica algunos conceptos como sexo —del que dice que viene dado por naturaleza y define a las personas como hombres o mujeres—, género —al que sigue calificando como algo diferente al sexo y como el único enfoque permite relaciones democráticas en la sociedad—, identidad, educación sexual integral, entre otros.

Al cierre de este informe, ninguna de las plataformas ciudadanas involucradas en la polémica había emitido comunicación alguna sobre estas modificaciones.

Imposición

La discusión pública por el Currículo Nacional de Educación Básica inició tras la insistencia del gobierno por implementar el plan sin haberlo socializado con organizaciones de padres de familia y luego de haber publicado —y posteriormente retirado— guías de “educación sexual integral” para niños de jardín y primaria donde se incluía la enseñanza de la homosexualidad como alternativa de práctica sexual.

Para Manuel Ugarte Cornejo, director del Centro de Pensamiento Social Católico de la Universidad Católica San Pablo, “hay un contenido de educación básico y fundamental que debe estar inmerso dentro de todo programa de educación. Todos tienen que saber sumar, restar, multiplicar y dividir. Hay que enseñarlo aquí, en la China y en la India. Pero hay otros conocimientos que requieren una aproximación valorativa y que no se pueden enseñar como si fueran una verdad oficial”.

Para el especialista, es en ese contexto en el que se sitúan las enseñanzas sobre educación sexual que pretende implementar el Minedu. “Las personas que están en el poder quieren imponer una visión particular de la identidad sexual (la del enfoque de género). No es una visión científica ni objetiva, es una posición que la puede tener cualquiera. ¿Por qué entonces nos van a imponer una visión de género en la sexualidad?”, cuestionó.

El problema

Desde hace algunas semanas, diferentes personajes públicos, desde artistas hasta ministros, han hecho saber su rechazo a toda forma de cuestionamiento hacia el Currículo. Dicen que quienes se oponen al programa se oponen en realidad a un enfoque de igualdad de oportunidades y aceptación de las diferencias.

Lo curioso es que la famosa aproximación de género asegura que para reducir la desigualdad es necesario eliminar las diferencias entre hombres y mujeres, sobre todo aquellas de origen sexual.

Así, el sexo no sería un componente importante de la identidad de la persona sino un dato anecdótico, que puede ser “deconstruido” en función de que la persona puede ser lo que ella quiera. En la actualidad circulan en el mundo hasta 64 identidades de género.

Por ello es que Ugarte justifica denominar ideología a este tipo de aproximación: “Una ideología es un sistema de pensamiento construido sobre la base de determinado presupuestos teóricos. Además es propio del carácter ideológico que esos presupuestos no me lleven a descubrir la verdad sino que me encierren dentro de ideas que no busco dialogar sino imponer”.

Ese es, también, el presupuesto desde el cual se intentaría imponer el enfoque de género en la educación. “En este caso hay una visión particular sobre la relación que debe existir entre la identidad que la persona va desarrollando y su estructura biológica”.


¿Es necesario el enfoque de género?

Sobre el supuesto imperativo de que solo a través del enfoque de género se puede garantizar igualdad, Manuel Ugarte fue enfático en señalar que para lograr esto “no es necesario enseñar una aproximación a la identidad sexual sino hacer hincapié en el respeto a las diferencia de todo tipo”.

“No es necesario teñir el Currículo de una ideología particular para lograr ese tipo de valor en la convivencia de los estudiantes. Debería bastar una mirada desde los derechos humanos y de la tolerancia”, expresó.

 

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