La municipalidad proyecta su caos interno en la ciudad

Fue necesario instalar pantallas gigantes para que funcionarios de la MPA no falten a trabajar durante el Mundial.

Renato Sumaria Del Campo

El jueves 28 de junio, la ciudad fue —una vez más— un caos. La Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) dispuso el cierre del carril de subida de la avenida José Abelardo Quiñones para ‘mantenimiento’ de la carpeta asfáltica. La congestión se apoderó de Vallecito, las avenidas La Marina, Juan de la Torre y Ejército y el puente Chilina. El caos afectó, incluso, los distritos de Alto Selva Alegre y Miraflores.

Al mismo tiempo, al otro lado de la ciudad, el escenario no era mejor. También con el auspicio de la comuna provincial, los conductores tuvieron que armarse de paciencia para superar el cierre de la avenida Vidaurrázaga, en el tramo comprendido entre las avenidas Venezuela y Manzanitos.

Hace unos días, además, se anunció un retraso en la entrega de las obras del adoquinado de la avenida Pizarro, en José Luis Bustamante y Rivero, debido a problemas con la empresa encargada de entregar los adoquines. ¿Por qué en la MPA se planifica tan mal todo? Aquí algunas razones.

No hay autoridad

El 17 de abril de este año, a dos semanas de la renuncia de Alfredo Zegarra, la ya alcaldesa Lilia Pauca estremecía la ciudad con estas declaraciones: “No estoy enterada tan bien [de los proyectos]. Son muchas obras y bastantes problemas que hay en la municipalidad, y no es posible enterarse de todo en una semana”. Luego, pidió siete días para dar razón de las obras pendientes y las acciones a tomar.

Pero esa declaración nunca llegó. Lo que sí tramitó con celeridad fue su primer viaje como autoridad. A dos meses de sus polémicas declaraciones, Pauca viajó a China, entre el 18 y el 24 de junio, para asistir a una feria de innovación y desarrollo.

Este viaje ocasionó que el despacho de la alcaldía pase a manos del regidor Pedro Quispe, quien se encargó de recibir al presidente Martín Vizcarra en su reciente visita a la ciudad para el Muni Ejecutivo. En dos meses, la ciudad tuvo a tres personas a cargo de la alcaldía.

Festín burocrático

Sin gato a la vista, los ratones comenzaron a hacer su fiesta. El 20 de junio, un incidente en la sesión del concejo municipal desnudó un escenario de desgobierno en la municipalidad provincial. El regidor Christian Talavera reclamó por la falta de diligencia del personal a cargo de entregar información a los regidores sobre los temas a tratar en la reunión.

“Yo le digo la verdad con mucha pena: somos la segunda ciudad del país y tenemos los peores funcionarios, salvo excepciones, porque luego me querellan”, señaló el concejal. Al instante, Pedro Santos, quien fungía de alcalde en funciones ante el viaje de la alcaldesa Lilia Pauca a China, denunció que había trabajadores que “ingresaban, marcaban tarjeta y se iban”.

Antes, a inicios de mayo, un grupo de trabajadores de la MPA abandonó sus funciones para viajar a la provincia de La Unión y cumplir actividades proselitistas a favor de la campaña de Alfredo Zegarra al Gobierno regional. La Oficina de Control Interno de la comuna investiga el episodio. ¿Sobreviviremos hasta diciembre?

 

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