La educación como camino para prevenir la violencia

Elizabeth Córdova Zamora
Mary Rosas Ccama
Lorena Neyra Barrionuevo (*)

En lo que va del año, a nivel nacional, 32 mujeres fueron asesinadas y otras 83 estuvieron a punto de serlo. Los datos corresponden al Ministerio de la Mujer y Poblaciones vulnerables. De estas estadísticas, seis casos de tentativa y uno de “feminicidio” fueron reportados en nuestra ciudad.

Estos datos muestran una realidad alarmante que se vive a diario, junto con los altos índices de inseguridad ciudadana. Si bien la violencia puede ser ejercida por cualquier persona de diferente edad, hay que reconocer que en este problema son las mujeres y los niños los que conforman el sector más vulnerable en la sociedad.

La sociedad

Naida Torres, psicóloga y coordinadora de Centro de Emergencia Mujer (CEM), explicó que muchas veces las denuncias suelen quedarse sin llegar a un final pues “algunas mujeres vienen a denunciar y se les brinda la asesoría adecuada pero muchas veces en el camino se arrepienten”.

La razón que muchas denunciantes le dan a la funcionaria para “dejar todo ahí” son comentarios de parte de otras mujeres “que les dicen ‘¿cómo puedes meterlo preso si es el padre de tus hijos?’ o ‘dale una segunda oportunidad’. Es nuestra manera de pensar la que tiene que cambiar para que la situación mejore”.

Torres explica por ello que las campañas que su centro realiza se concentran en “hacer entender que el maltrato no comienza con el matrimonio, sino que nace en el noviazgo”. ”Es ahí donde nacen ese tipo de actitudes que tienen que ser identificadas para que en un futuro no tengan graves consecuencias”, señaló.

Prevención

¿Cómo prevenir la violencia? Rodolfo Castro, director del Instituto del Matrimonio y la Familia de la UCSP, cree que primero se debe identificar los factores que condicionan a una persona para que cometa en actos de violencia.

“El consumo de alcohol de la pareja, la convivencia, el haber sido testigo de violencia contra su madre o víctima de violencia, y en menor medida el grado de instrucción”, son elementos que pueden condicionar a una persona violenta.

Castro se ampara en una investigación que viene realizando sobre violencia contra la mujer y que toma información de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). En su hipótesis, el especialista sostiene que “la causa de la violencia es la incapacidad de tener habilidades sociales y mecanismos para establecer diálogos. Si la persona no cuenta con estos mecanismos, acude a la violencia para poder querer imponerse con su pareja o en determinada situación.”

Por ello, explica que lo ideal para prevenir es la educación, “que implica enseñar habilidades, capacidades y entregar herramientas para que las personas puedan tener medios para solucionar sus problemas”.

Campañas sin presupuestos

En Arequipa existen ya tres Centros de Emergencia Mujer (CEM) distritales ubicados en el Cercado, Miraflores y Hunter. En estos lugares se brinda orientación legal, defensa judicial y consejería psicológica a mujeres víctimas de violencia.

Desde estos lugares se está impulsando la campaña “No soy tu propiedad: trátame con igualdad”, con el fin de concientizar a los jóvenes de que el maltrato no nace necesariamente en el matrimonio.

También se realizan actividades de prevención a través de capacitaciones y formación de agentes comunitarios. El CEM brinda sus servicios a personas que hayan sido víctimas de violencia familiar y sexual, de cualquier sexo, edad o condición social.

Sin embargo, según Naida Torres, si bien hoy existen tres centros, el presupuesto asignado para ellos es el mismo que cuando existía uno solo. “Esto afecta principalmente el número de campañas que podemos realizar, si antes hacíamos cuatro en un año ahora, conversando previamente con los otros centros, nos dividimos y podemos hacer entre una o dos”, denunció.

(*) Los autores de esta nota son alumnos del Club de Periodismo de la Universidad Católica San Pablo.

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