El Sabancaya mantiene en alerta a las autoridades

Las columnas de cenizas alcanzaron los cinco kilómetros el 25 de julio.

Redacción

El 25 de julio el Observatorio Vulcanológico del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) emitió una alerta. Las cenizas del volcán Sabancaya empezaron a caer en el cono norte. Aunque en forma tenue, los residuos de las explosiones del coloso llegaban hasta este sector de la ciudad.

Las instituciones involucradas en el cuidado de la salud pública se reunieron en el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) para analizar la situación y tomar medidas. Según la nota del observatorio, ese día las columnas de ceniza alcanzaron hasta 4.5 kilómetros y se esparcieron a 75 kilómetros de distancia del volcán, por el cambio de dirección de los vientos. Los poblados más afectados fueron Huanca y Lluta, aunque también se encontraron estos residuos en el cono norte de Arequipa.

La caída de ceniza motivó, incluso, la suspensión de algunos vuelos en el aeropuerto de la ciudad, debido a que el polvo desgasta los motores de las naves. Con el paso de los días bajó la actividad volcánica y la alerta disminuyó. Se reportan 24 explosiones diarias; en enero llegaron a 84.

Pero, ¿qué sucedería si el Sabancaya tuviera una actividad mayor que la registrada en estos últimos meses?

El nuevo proceso eruptivo de este volcán se inició el 6 de noviembre del 2016 y se ha mantenido en el mismo nivel. El coordinador del Observatorio Vulcanológico del Ingemmet, Marco Rivera Porras, señaló que la posibilidad de una actividad mayor, o más agresiva, sería mínima. La altura de las fumarolas se ha mantenido por debajo de los cinco kilómetros; si se supera esta medida, entonces hay que preocuparse.

La última vez que superó esta marca fue en los años noventa, cuando las cenizas, según hallazgos del Ingemmet durante una investigación, llegaron a Yura y hasta el aeropuerto. Pero la historia del Sabancaya señala que no ha habido erupciones violentas en la región. Todo se ha limitado a caída de cenizas.

Historia

La investigación del Ingemmet concluye que el Sabancaya ha tenido tres erupciones. Una ocurrió en 1750. Por versión de Ventura Travada y Córdova: “El suelo de Arequipa convertido en cielo […] allí el volcán está perennemente ardiendo de día y de noche y que no hay noticia de haber hecho estrago alguno el tiempo de la cristiandad aunque tampoco le faltan señas de haber erupcionado sus crudezas en inmemorables tiempos”.

El otro proceso eruptivo ocurrió en 1784. Zamácola y Jáuregui reporta una erupción, luego del terremoto del 13 de mayo ocurrido ese año. “Día 11 a las 9 y 56 minutos se sintió un temblor de tierra, con bastante remezón, pero no causó ningún daño. Se tuvo noticia de que el pueblo de Lari, jurisdicción de Caylloma, hay un cerro o volcán llamado Ambato, el que a efectos de estos terremotos, el volcán humea y bosteza fuego”.

Si bien el relato relaciona estos actos con el que podría ser el volcán Ampato, ubicado en Caylloma, en la actualidad se cree que se trataría del Sabancaya, según una investigación de 1992, y habría sido una explosión leve de acuerdo con Volcanoes of the World. Luego habría una tercera explosión que empezó en noviembre de 1986. Un temblor inició la actividad volcánica. Las columnas de cenizas alcanzaron entre tres y cinco kilómetros.

Los primeros poblados afectados fueron Chivay, Cabanaconde y Huanca. Luego la actividad iría bajando hasta el 7 de agosto de 1987. El 9 de mayo de 1990 volvió a iniciarse este proceso y aumentó el 5 de junio de ese año. Las fumarolas superaron los cinco kilómetros y afectaron a una población ubicada a diez kilómetros.

¡Cuidado!

Si bien no hay indicios de una explosión violenta del volcán, la naturaleza es impredecible y todo puede suceder en los siguientes años. Lo único que se pide es calma y que la población afectada use lentes, así como mascarillas para evitar respirar este polvo. Por el momento, desde el Observatorio Vulcanológico seguirán observando el Sabancaya con los equipos instalados en este volcán, que reportan información en tiempo real.

Mientras tanto, el alcalde provincial de Caylloma, Rómulo Tinta, expresó su preocupación porque esta situación viene afectando a las familias y al ganado. Marco Rivera indicó que en las estancias cercanas al volcán los pastos están cubiertos por cenizas. Estimó que 60 familias ya no se encuentran allí, y tampoco su ganado. Probablemente emigraron a otras zonas. El burgomaestre cree que no envían ayuda desde Lima porque allí asumen que la provincia arequipeña está exagerando el problema.

Lo cierto es que, aunque el Sabancaya no ha mostrado en su historia explosiones violentas, los expertos recomiendan estar siempre en alerta ante este tipo de proceso eruptivo.


El dato

Las autoridades mantendrán una evaluación permanente de la contaminación que generen las cenizas en el agua, el suelo y el aire de las poblaciones cercanas al Sabancaya.

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