“Con la elección de Trump los medios entran a la posglobalización”

ugo Coya es el presidente del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú.

Geraldine Canasas Gutiérrez

Tras los resultados en las elecciones de EE. UU., ¿se confirma una vez más que la prensa no ha reflejado la opinión del lector, sino sus intereses editoriales?
Aclaremos algo: las encuestas son simplemente una muestra estadística, pero esto no refleja todo el conjunto humano, eso es imposible; si bien antes las mismas se equivocaban mucho menos, también tenemos que analizar al elector que la mayoría de veces, por vergüenza o por miedo, no quiere expresar lo que realmente piensa o siente. La gente dice: “Yo no voy a hacer lo que la prensa quiere imponer”, y eso genera un efecto contrario porque rompe la pretensión de manipular al elector para favorecer campañas políticas.

En torno a su última frase, podríamos decir que la prensa se ha convertido en un aparato usado para favorecer objetivos políticos de determinadas tendencias.
No, porque EE. UU. es un país donde hay una libertad irrestricta de prensa, es el modelo por excelencia. Lo que ocurre es que en los últimos años hay un grupo más liberal dentro de la prensa que mezcla la realidad con sus simpatías personales, eso es muy humano y los que desarrollan la labor periodística saben que hacer cualquier artículo depende de una elección personal. Esto puede ser el punto de partida para un análisis, pero no para concluir que la prensa favorece determinadas situaciones.

Pero en este caso, ¿la elección implica que la prensa deje de ser imparcial?
La imparcialidad es un deseo pero es bastante relativo, siempre hay una orientación; en el momento que escojo una palabra y no otra ya no estoy siendo realmente imparcial, sino que pierdo algún nivel de objetividad y eso es común y normal. El problema está cuando, movido por apetitos personales, deje de informar y comience a convencer.

¿Podríamos hablar de una deformación en los medios de prensa?
También. Si bien las redes sociales nos dan esta extraordinaria posibilidad de estar informados, también hace que muchas veces nos conduzcan a solo leer aquello que nos interesa y que coincide con lo que nosotros pensamos. Si partimos de los algoritmos famosos que usa Facebook o Twitter que automáticamente muestran siempre los mismos elementos sobre tu última búsqueda y te muestra todo lo que te gusta, podríamos decir que el resultado de estas elecciones se debió a que los medios solo leen aquello que coincide con sus intereses —sean opiniones, sitios, estadísticas—, entonces estamos ante medios unidimensionales que deforman la realidad.

¿Cuál es el mensaje que deja este panorama?
Analicemos no solo la elección de Trump, sino también la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Esto nos dice algo a gritos: la globalización no ha sido un modelo que beneficie a todos. Muchos no se han sentido identificados con eso; avanzó sí, pero, con todo, no llegó a colmar ni a satisfacer las necesidades de los países más industrializados. Aquí entran a tallar los pequeños grupos de ‘globofóbicos’, como se les llamaba, y que la prensa no advertía ni vislumbraba cuánto podrían influir; y al final, tras estos dos hechos políticos que te mencioné, hemos visto que es mucho más de lo que realmente creíamos. Claramente es un nuevo panorama, por ello la prensa entra de lleno a un nuevo escenario: la posglobalización.

Si el error es tendencia, ¿dónde queda la confiabilidad de la prensa?
Vivimos en un mundo hiperinformado, hay una saturación de fuentes. Entonces para el ciudadano común y corriente decir que lo que ha leído ahora es la versión correcta es difícil porque segundos después encontrará otro medio con la misma noticia presentada de forma diferente; lo que lleva al escepticismo y genera desconfianza, pero el principio primordial de la prensa debe ser siempre acercarse a la objetividad.

Parece que solo hablamos del hecho de informar y no formar.
Tengo que ser honesto y real en este aspecto. Yo siempre he sido enemigo de que se diga que el periodismo es para educar y formar, no es así. Nuestra labor es informar y, en todo caso, ayudar al lector, radioyente o televidente a que a partir de lo que nosotros brindamos forme su propia opinión o lineamiento; la tarea de educar es del Ministerio de Educación.

Un diario ‘chicha’ también informa, pero no es precisamente el mejor referente.
Todo lo contrario, la prensa chicha te hace ver la otra cara de la realidad; te dice que hay un lector poco interesado en los temas políticos y que, más bien, le interesa artículos que lo distraigan, el ‘infoentretenimiento’ le llaman.

Dejemos a EE. UU. y vayamos a Cuba. ¿Qué novedades nos trae su próximo libro?
Estoy escribiendo un libro que tendrá tentativamente el nombre Memorias del futuro, aunque supongo esto lo definirá en su momento la editora. El libro trata sobre la historia de los peruanos que lucharon y murieron con el Che Guevara. Mi intención es sacar a la luz varios documentos inéditos sobre este ángulo casi desconocido. Viajé a Cuba, pero pactar una entrevista con Fidel fue imposible; con todo, he recopilado valiosa información que será atractiva para el lector.

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